¿Con cuánto tiempo hay que alquilar piso en Santiago para el curso que viene?

Colas desde las seis de la mañana y dando la vuelta a la manzana. Esta foto sorprende, pero ocurre todos los años en Santiago, más o menos por las mismas fechas. Acaba un curso y llega el verano. Pero los estudiantes universitarios tienen tareas pendientes: encontrar un lugar en el que vivir cuando arranque septiembre.

Así que, quien cambia de piso o quien llega de nuevo a la ciudad, en primer año, tiene que buscarse la vida: mirar ofertas, comparar y comprobar que el piso se ajuste a las necesidades. Y las inmobiliarias no reservan ninguna vivienda, así es que el primero que llegue, se lo lleva.

ORDEN DE LLEGADA

No se reservan los pisos, así que de ahí que haya habido ese furor por ser los primeros en lograr una vivienda. Un furor que ya, a mediados de julio, va a menos.

Los estudiantes hacen cola, se anotan los chicos para ver los pisos y si les gusta, los primeros que hayan llegado se quedan con él. Si quieren seguir viendo más, se anota la prioridad para que luego elijan entre sus opciones. Según llegan a las inmobiliarias, se pregunta quién está buscando pisos de 2, 3 o 4 habitaciones. Y se programan las visitas para ver las viviendas. Los primeros que lo ven tienen preferencia.

Pero, debido a la alta demanda, muchas veces es una decisión inmediata porque sino se quedan sin el piso en cuestión.

A día 10 de julio todavía había en Santiago una bolsa de pisos en alquiler de 200. Es decir, dos cientos pisos aún se ofertaban en distintas plataformas. Y es que todavía había estudiantes pendientes de si iban a ser admitidos o no en las carreras que querían en la Universidad de Santiago.

POCA ROTACIÓN, POCO MARGEN

Normalmente hay poca rotación. Es decir, que unas alumnas, que viven en un piso de 3 habitaciones y están en 1º, suelen quedarse con la misma vivienda en los siguientes cursos. Pero no se libran de buscarse la vida los de primer año y los que quieren cambiar. Y por eso es común ver a grupos de chavales esperando largas horas. Madrugar les trae a cuenta.

¿Cuándo es buen momento para empezar a buscar para el curso que viene? Pues según acaba un curso, es necesario contactar con la inmobiliaria o, es muy común que si ya hay pisos alquilados, se contacte con los futuros compañeros, que se autogestionan.

Ahora mismo, hay estudiantes en Compostela que se están yendo más a la periferia de la ciudad, cuando antes siempre se quedaban en la zona centro... donde está la marcha, y donde está el ambiente universitario. También por la cercanía a los campus y por tener todo a mano. Pero la tendencia de los últimos años es mudarse al ayuntamiento vecino de Ames, a los núcleos de Bertamiráns o Milladoiro como opciones predilectas. Y esto se nota en que, en barrios más residenciales de ese entorno, están abriendo negocios de ocio nocturno o con programación de conciertos pensando en ellos, en los estudiantes.

PRECIOS

Los precios en Santiago van desde los 600 a los mil euros, en función de la ubicación, condiciones y nº de habitaciones. En concellos del entorno son algo más baratos, pero también ha habido subida en los últimos años.

Desde AGALIN, la Asociación Galega de Inmobiliarias explican que, por regla general, el estado de los pisos es bueno, pero nos reconocen que hay viviendas que se ofertan sin calefacción, con baños obsoletos, con ventanas más antiguas que filtran más, no proporcionan el suficiente aislamiento... Y como hay mucha demanda, las reformas se hacen esperar.

Las quejas frecuentes del alumnado pasan por desconchones en las paredes, humedades, muebles anticuados o falta de calefacción, incluso caldera que da problemas. Si bien, en el otro lado, hay propietarios que denuncian el mal estado en el que les dejan el piso algunos universitarios. Por ello, alegan que no les compensa estar año tras año haciendo arreglos si hay mal uso. En cualquier caso, muchas veces los chavales aceptan casi cualquier cosa con tal de tener un lugar en el que dormir durante su estancia por estudios en la capital de Galicia.