Un paseo por Santiago con Javier Sierra: "Adoro esta ciudad, es una de las grandes capitales del mundo"

Es cerca de la una del mediodía de un soleado día de finales de marzo en Santiago de Compostela y en el parque de La Alameda son muchos los grupos de niños de excursión, paseantes autóctonos y foráneos y caminantes en sus quehaceres diarios los que van de un lado para otro, disfrutando de la primavera que, tras el paso de los temporales, parece haber llegado a Galicia para quedarse.

Un ambiente tranquilo y agradable en el que hemos quedado junto a la estatua de Las Marías para dar un paseo con Javier Sierra, escritor y periodista que está presentando su última novela El Plan Maestro (PLANETA) que le va a llevar a 37 ciudades de toda España, haciendo una de sus paradas en una ciudad que conoce muy bien.

Y que ha sido protagonista directa en uno de sus anteriores trabajos, El Ángel Perdido, que arrancaba precisamente su trama en el Pórtico de la Gloria de la Catedral compostelana, por lo que Sierra asegura que "aquí estoy como en casa", después de que hace ya poco más de una década viniera a Santiago de visita en numerosas ocasiones mientras trabajaba en esta novela.  

Visitas que coincidieron en el tiempo "con lo que entonces parecían inacabables obras de rehabilitación de la Catedral" a la que fue en numerosas ocasiones, al igual que a la Plaza del Obradoiro "para ver cómo podía ambientar allí distintos episodios de la novela, porque coloqué hasta tiroteos dentro de la catedral". 

Por lo que guarda un gran recuerdo de ese tiempo "que dejó en mí una huella imborrable".

CATEDRALES COMO ESCALERAS HACIA EL CIELO 

Tanto como para afirmar que "adoro Santiago, es una de las grandes capitales del mundo", mientras mira desde el paseo de Los Leones hacia la ciudad monumental que queda enfrente, con la fachada catedralicia del Obradoiro y el resto de grandes edificios pétreos a su alrededor.

Una catedral que a Javier Sierra le inspira "el enorme esfuerzo de tantos arquitectos, de lo sagrado, del mundo antiguo por construir escaleras hacia el cielo", equiparando el templo románico gallego y su posterior fachada barroca, junto con el resto de grandes catedrales europeas, a otras grandes construcciones de la Humanidad, como las pirámides de Egipto o los zigurats de Babilonia.

Ejemplos, asegura Sierra, de las "escalas para el alma que suponen estas construcciones para que quienes creen en lo trascendente, puedan elevarse hacia las alturas". 

Y que emocionan al escritor español, que ha logrado que sus novelas sean traducidas a más de 40 idiomas de todo el mundo, porque "esta historia de las escaleras al cielo me ha inspirado muchas escenas de mis novelas, en casi todas ellas". 

También en esta última de El Plan Maestro con la que, asegura, "quiero que el lector tenga una visión trascendente del mundo y que piense que, más allá del mundo físico, hay otras cosas que son también interesantes y que deberían preocuparnos.  

"LA CHISPA DE UNA NUEVA NOVELA PUEDE SALTAR EN CUALQUIER SITIO, AQUÍ MISMO" 

Una novela que se encuentra promocionando en la actualidad y que Javier Sierra aprovecha para darse un tiempo antes de ponerse de nuevo a escribir, por lo que reconoce que ahora mismo no tiene ningún proyecto nuevo en mente, ni en el portátil.

Aunque sí es muy claro al asegurar que "la chispa de una idea para una nueva novela puede saltar en cualquier momento, incluso aquí, ahora mismo dando este paseo por Santiago en una mañana radiante como ésta y mirado a la Plaza del Obradoiro, o en la conversación de dos colegiales detrás de alguno de estos carballos; en cualquier lugar".

Así que es una posibilidad que este paseo radiofónico que nos damos con Javier Sierra por Santiago acabe algún día en una de sus novelas, o como argumento de alguna de las investigaciones que ofrece cada semana en Herrera en COPE. 

Medio de comunicación, el de la radio, que Sierra no duda en asegurar que prefiere a la televisión al afirmar que "la radio es la literatura de verdad, como las historias que en la tradición oral nos contamos a viva voz, pero la potencia de verdad está en la palabra"·

Y dando en el clavo al concluir que "hay una cosa que une literatura y radio: y es que las imágenes se las pone el receptor".