vuelta al cole
Profes que vienen y profes que se van en Galicia
Este septiembre se incorporan por primera vez a las aulas docentes nacidos en el siglo XXI. Hablamos con profes que estrenan plaza y también con una que se jubila después de 35 años como maestra
Santiago - Publicado el
5 min lectura
Septiembre lleva de ganchete mochilas, timbre, cole... no sólo para las familias con gente menuda en casa: también para los que están del otro lado de la mesa del profe. Y en Galicia, este curso son 1.250 los docentes que estrenan plaza en la enseñanza pública: 474 en Infantil y Primaria y 690 en Secundaria.
Una particularidad del curso 24/25 que está llamando a la puerta es la incorporación de docentes nacidos ya en el siglo XXI, como Javier Pérez. Tiene 22 años y a partir del 11 de septiembre impartirá clase a chavales de 6º de Primaria: es decir...su alumnado es sólo diez años más joven que él.
"solo temo que me vuelvan a confundir con un alumno más"
A Javier ya le pasó durante las prácticas: "como no tengo barba ni nada, parezco muy niño..." había familias que lo confundían con un estudiante más. Por si fuera poco, durante la carrera hizo las prácticas en el mismo colegio en el que había estudiado de chaval... hace diez años.
"Es divertido ver lo que había detrás cuando estaba yo en el aula", dice sonriente cuando le pregunto cómo lleva lo de participar en claustros de profesores con algún docente que fue maestro suyo.
Tendrá que impartir las asignaturas principales de Primaria, Lengua, Matemáticas, Coñecemento do Medio... Asegura que la que se le da mejor es Matemáticas. ¿Secreto para meterse a los peques en el bolsillo? "Creo que es necesario engancharlos y que vean que aprenden para algo... la típica pregunta...yo para qué quiero saber esto...pues que vean que pasan las horas ahí para algo"
Javier empieza a trabajar la próxima semana a pocos kilómetros de su lugar de origen: sólo tendrá que moverse unos 30 kilómetros por la provincia de Ourense entre Xinzo y Verín, así que el plan es seguir viviendo por el momento "en casa con los papás". Por el momento, porque esta primera plaza como funcionario en prácticas es por un año. Luego, tocará peregrinar hasta conseguir la plaza definitiva. Este ir y venir se prolongará durante varios cursos, dependiendo de cada especialidad. Él dice que por lo de ahora, no le importa tener que cambiar de residencia.
Carmen, la profe de inglés a la que se le daban mal los idiomas
Carmen también acaba de aprobar la oposición: ella trabajará todavía más cerca de casa que Javier, porque sólo tendrá que caminar unos diez minutos por Santiago para llegar al "Ceip Apóstolo Santiago". No es sólo suerte: es una de las docentes con mejor nota de Galicia en la oposición a profe de inglés, y eso que cuando era pequeña, se le daba fatal. Todavía cuenta entre risas que decía siempre "se me da mal el inglés... pero simplemente era que no le cogí gusto cuando era pequeña y entonces..." Un verano en Irlanda con 12 años y luego varias estancias en el extranjero mientras hacía estudios superiores ayudaron a darle la vuelta a la tortilla.
Lleva ya tres años dando clase en la concertada y en la academia familiar, así que asegura que en sus clases, a nadie se le atraganta el idioma. "Además, me centro mucho en que en edades tempranas se suelten a hablar el idioma, les guste...con juegos"
Camen preparó las oposiciones en un año, mientras trabajaba. Cree que hay que esforzarse mucho, pero también asegura que una prueba excesivamente memorística y que no es anónima, tampoco garantiza que los que consiguen la plaza sean siempre los mejores maestros.
"Me quedo con los abrazos de los peques"
Este septiembre también es especial para Begoña Seoane: después de 35 años pendiente del despertador para ir a clase... a dar clase, este septiembre va a ser el primero sin aulas. Es una profe de infantil de Santiago que estrena jubilación.
Ejerció en distintos coles de las comarcas de Santiago y Barbanza en los que asegura a Cope que ha disfrutado mucho, porque la suya es vocación desde los dos años: "yo no jugaba a las casitas ni a los médicos ni a nada... yo ponía mis muñequitas todas en hilera, y les daba papeles... uno libro oto libro oto...y yo era la profe, lo mío es vocacional totalmente"
Trabajó en colegios grandes y pequeños y guarda un recuerdo especial de su paso por una unitaria de Valga que fue germen del actual Centro Rural Agrupado "nosotros construimos el CRA, entre las que estábamos allí, arreglamos todo, preparamos todo... entonces era como un poco nuestro".
Los últimos 13 años los ha pasado en aulas de infantil del Colegio Pío XII, en Santiago: asegura que se nota el cambio a un cole grande en muchas cosas: muchas, para bien, pero también destaca el contacto más distante con las familias. "Casi no los ves, si no los llamas a tutorías... no los ves, porque los dejan a madrugadores, al comedor... así que hay padres con los que no coincides nunca, y si que eché de menos ese contacto más personal con las familias".
Pero tanto a los que estos días dejan a sus peques en coles grandes como pequeños, les recomienda que tengan confianza en los profesionales: "hay quien llora y en cuanto cierras la puerta están callados y los papás se marcharon llorando y ellos ya están la mar de tranquilos. Yo les recomendaría tranquilidad y confianza en sus profes".
¿Y con qué se queda Begoña después de estos 35 años en aulas de infantil? Responde sin dudarlo: "los abrazos de los niños, eso para mi es básico, esos niños que a lo mejor les costó más entrar y poco a poco los fuiste ganado... los abrazos de los niños"
Abrazos que Begoña va a seguir recibiendo a raudales, porque se jubila de profe y pasa a ser abuela de cuatro pícaros a tiempo completo.