Treinta años desde el asesinato de Pedro y Tino

Una placa recuerda desde ayer en el Museo de las Peregrinaciones de Santiago a los dos agentes que en 1989 fueron asesinados mientras custodiaban este edificio, entonces sede central del Banco de España.

Los hijos de Pedro y Tino reconocían en el acto que les costó entrar por primera vez, treinta años después, en el lugar donde los terroristas del GRAPO mataron a sus padres. Maite Cabezas añadía que esperan que el acto de recuerdo y homenaje no se quede solo en un gesto porque "las víctimas del GRAPO fueron, somos, las más invisibles. Esto que, obviamente, es un sentimiento, se puede constatar al mirar el comportamiento en otras comunidades. Nos referimos a la atención a las víctimas que se plasma, no solo en actos y homenajes afectuosos que nosotros aplaudimos sinceramente, sino que también se plasma en leyes".

Los cinco terroristas que mataron a Pedro y a Tino fueron condenados a penas de cárcel: uno de ellos continúa aún en prisión, como recordaba el Coronel Jefe de la Guardia Civil de A Coruña. Agradeció este reconocimiento y que Santiago haya dedicado tres calles a otros tantos agentes asesinados por el el Grapo. Se acordó de Manuel Vázquez Cacharrón, asesinado el 28 de agosto del 78 en la Plaza de Abastos.

Solicitó que se tribute el mismo reconocimiento al agente Ricardo Couso, nacido en Santiago y que murió a manos de ETA en el País Vasco en 1991. "Natural de este concello y que aún no ha tenido ningún reconocimiento. Hago un llamamiento al Ayuntamiento de Santiago para que sea sensible a reconocer la memoria de uno de sus vecinos".

Se llevó el recado el concelleiro de Seguridade de Santiago, que asistió al acto entre otras autoridades, como el presidente de la Xunta y varios miembros de su gobierno, el arzobispo de Santiago o la Valedora do Pobo.

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Foto de familia en el homenaje a los guardias civiles

Crónica de Patricia Iglesias