La USC expulsa a dos residentes del Colegio Mayor Fonseca por llevar a dormir a sus parejas
Parte del alumnado considera excesiva la sanción. Desde el rectorado aseguran que las residentes habían sido advertidas por reiterar una conducta sancionable según la normativa

Residentes disconformes con la expulsión de sus compañeras hablan de una medida desproporcionada y fulminante"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La expulsión se hacía pública a finales de la semana pasada: dos usuarias de uno de los Colegios Mayores de la USC ubicado en el Campus Sur, el Colegio Fonseca, habían sido expedientadas por dejar quedarse a dormir en sus habitacionesa sus parejas.
Hay residentes que prefieren no pronunciarse sobre lo ocurrido, alegando desconocer los detalles o temer por su propia situación en el centro, pero los que han hecho pública la queja aseguran que las alumnas han sido expedientadas por un hecho puntual, algo que, aseguran, era más que habitual antes del covid. Thomas Gallagher es residente del Colegio Fonseca y lleva cuatro años viviendo durante el curso en residencias de la USC: afirma incluso que cuando llegó "el primer día del primer año", el director del colegio en el que estaba "les dijo que sin ninguna clase de problema podían dormir con alguien de fuera porque incluso él lo hacía". Gallagher asegura que "hay una memoria selectiva muy preocupante por parte de las autoridades que pretende falsear la normativa histórica de los colegios mayores"
Otro usuario del Fonseca, Daniel, apostilla que "el actual equipo directivo también mete gente a dormir aquí" y asegura que "tienen confirmado que es así". Dice que es su segundo año en el Colegio Mayor, y que desconoce si esto pasa en otros, pero cree que "puede entender que no se puede ceder la habitación todos los días a una persona de fuera, pero dormir puntualmente con alguien, no puede considerarse cesión".
Hablan de expulsión fulminante, sin apenas tiempo para que las alumnas buscasen una alternativa ni pudiesen organizar la mudanza, a la que tuvieron que ayudar otros residentes. Laura, que forma parte del órgano de representación del alumnado en la residencia, cree que de haber algún tipo de infracción, la sanción ha sido desproporcinada: "antes da pandemia, o tema de durmir coa parella estaba permitido, pero foi coa entrada da covid cando se impuxo unha normativa distinta que se cambiou cando non había xa estado de emerxencia". Hablan de situación "complicada para as estudantes, porque unha está en cuarto curso, outra en terceiro, cursos complicados e as expulsións foron en 24 horas e sin saber si tiñan algún recurso". " Foi a sanción máis elevada no regulamento do SUR (Sistema Universitario de Residencias) con expulsión e retención da fianza de 150 euros", añade Laura.

¿EXPULSIÓN FULMINANTE CON DOS EXPEDIENTES PREVIOS?
Las explicaciones de los residentes disconformes con la expulsión contrastan con la versión del rectorado: la vicerrectora de Estudiantes, Pilar Murias, explica que no era la primera vez que se advertía a las residentes de que estaban incurriendo en hechos sancionables: "nun caso hai dúas expulsións previas, de carácter temporal, e no outro, hai unha falta anterior, creo recordar" e insiste en que la forma de proceder "foi sempre aténdonos á normativa vixente"

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Sobre la denuncia del supuesto "doble rasero" en la interpretación de la normativa, Murias asegura que como vicerrectora, ningún residente ni trabajador del centro le trasladó que personas del equipo directivo hubiesen llevado a nadie a dormir: "quero pensar en calquer caso que darse esa situación non implicaría espazos comúns", como sí ocurría en el caso de las residentes expedientadas. Se da la circunstancia además de que alguno de los acompañantes de las alumnas expulsadas había sido también expulsado años atrás del "centro no que estaba e de todo o sistema universitario de residencias".
La normativa del Sistema Universitario de Residencias prohíbe pernoctar a personas ajenas a los centros y limita la presencia de estas personas al período diurno, de 8 de la mañana a diez de la noche, como recoge el acta de una reunión que celebraron representantes de los residentes y dirección en noviembre de 2021 que acompaña esta información.
Los residentes disconformes con la sanción impuesta a sus compañeras quieren elevar la queja al Claustro que la USC celebrará a finales de semana. Reclaman que se debe cambiar la normativa y la resolución de faltas y sanciones. Creen que "el procedimiento no es garantista, los estudiantes ni pinchamos ni cortamos" asegura Gallagher. Además, piden que las habitaciones del Colegio Mayor se reconozcan como viviendas, porque "ciertos miembros del equipo de dirección de las residencias de la USC se extralimitan: el gobernante del SUR entra cuando le da la gana en las habitaciones y tiene denuncias internas dentro de la Universidad desde hace mucho tiempo". "Entendemos que si hay una emergencia sí puede entrar, pero para lo que le da la gana, no".
La vicerrectora de Estudiantes también discrepa en este punto con la versión de los residentes: "os casos nos que se pode entrar están moi marcados na normativa, o persoal do SUR atense á normativa vixente", insiste.
