Alimenta a las palomas desde la ventana de su casa de Lugo: los vecinos ya no aguantan más
Tres comunidades de propietarios se han unido para denunciar esta situación ante el Concello e incluso han comenzado a recoger firmas
Lugo - Publicado el - Actualizado
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Las comunidades de propietarios de tres edificios ubicados en el barrio de O Castiñeiro, en la ciudad de Lugo, han decidido movilizarse para tratar de buscar una solución al problema que les está generando, desde hace ya ocho años, la vecina de un inmueble que alimenta cada día a las palomas desde una de las ventanas de su vivienda.
Beatriz Notario vive en uno de esos edificios. En declaraciones a COPE Lugo, explica que esta vecina "alimenta todos los días a las palomas, a mediodía y por la noche, desde una de las ventanas de su casa", lo cual está provocando un verdadero problema de "insalubridad" en esa zona del barrio.
"Les tira el pienso por la ventana y la comida cae también en el alféizar de las ventanas de sus vecinos, por lo que las palomas también van a comer allí, a sus ventanas", explica, lo cual resulta especialmente molesto.
Problemas con los canalones
Pero no es ese el único problema que genera con su comportamiento. La concentración de palomas en esa parte del barrio es tal que los desperdicios que generan, fundamentalmente excrementos, acaban por bloquear el paso del agua en los canalones, que rebosan cuando llueve mucho.
"En nuestra comunidad los cambiamos en octubre, pero ya están llenos de porquería y rebosan. Realmente, esta situación está generando un problema de salubridad" en esa parte del barrio.
Como esta vecina "no hace caso ni de lo que le dice la Policía Local", ni tampoco "otros vecinos" del barrio, que le "piden que no alimente a las palomas", las comunidades de propietarios de esos tres edificios han tomado la decisión de presentar un escrito para denunciar esta situación en el Concello de Lugo.
También están dispuestas a recoger firmas para que las autoridades municipales les hagan caso, porque "esta situación es insufrible".
"Ya llevamos ocho años así", lamenta Beatriz Notario.