¿Por qué nadie quiere llevar alguna de las mejores cafeterías de Lugo?

¿Qué pasa con las cafeterías municipales? Son espacios reservados para la gestión privada dentro de edificios públicos. Están en lugares atractivos. Probablemente en los mejores de la ciudad. Las instalaciones están más o menos bien y un contrato con la Administración siempre aporta mayor seguridad jurídica a la hora de desarrollar un plan de negocio a varios años.

Sin embargo, nadie se pelea por ellas. No despiertan el interés del sector de la hostelería. El asunto da que pensar. Las respuestas a esta pregunta son variadas, pero al final todas acaban confluyendo en un punto común: el pliego que establece las condiciones de explotación de esos locales.

Nadie quiere la "cárcel"

Realmente llamativo es el caso de la cafetería panorámica del centro cultural O Vello Cárcere. Es un local emplazado en pleno centro de la ciudad, en las inmediaciones de la Praza da Constitución y de la estación de autobuses. Un lugar que está a tan solo unos metros de colegios, institutos, de la sede de los Juzgados de Lugo y de la Audiencia Provincial. Ofrece unas vistas magníficas sobre la Muralla romana y sobre el casco histórico de la ciudad y está en un edificio histórico rehabilitado, la antigua cárcel del Partido Judicial de Lugo, que tiene su propia programación cultural, con algunos actos muy concurridos.

Sin embargo sigue cerrada. Será por el horario de apertura y cierre que establece el pliego de condiciones, será por el canon que tendrá que pagar la concesionaria, será por el hecho de que esté situada en el último piso del edificio, será porque la entrada no es la más adecuada, será por la inversión que tiene que realizar el hostelero que se haga cargo del local para ponerla a funcionar o será por todas esas cosas y alguna más que se nos escapa. Lo cierto es que el concurso convocado por el Concello de Lugo para buscar una concesionaria que se haga cargo de la gestión de ese espacio privilegiado ha quedado desierto en cinco ocasiones.

Rosalía tampoco atrae

Si hablamos de lugares privilegiados, de ubicaciones realmente atractivas dentro del casco urbano de Lugo, qué podemos decir de la cafetería municipal del Parque de Rosalía de Castro, conocida popularmente como O Mirador. Está emplazada en la principal zona verde de la ciudad, en un espacio emblemático para los lucenses, coqueto y céntrico. El particular diseño del edificio, totalmente acristalado para garantizar las vistas sobre el parque, en cuya construcción el ente municipal invirtió 720.000 euros, y la posibilidad de montar una terraza con muchas mesas al aire libre deberían ser, sin lugar a dudas, otros dos atractivos, casi definitivos, a la hora de despertar el interés de la hostelería local.

Aún así, también estuvo cerrada durante siete meses el año pasado, después de quedar desierto el concurso para su adjudicación. En este caso, alguno de los hosteleros que se interesó por hacerse con la concesión le confesó a COPE Lugo que el precio del alquiler le parecía excesivo, porque realmente había que "facturar mucho cada mes" para hacer frente a todos los gastos, incluida la contratación del personal necesario. El contrato supone unos ingresos de 18.000 euros anuales para las arcas municipales.

En cuanto a la explotación de esta cafetería municipal, el Partido Popular se quejaba hace solo unos días de que el contrato le permita a la concesionaria cerrar los sábados y domingos, justo cuando más gente podría disfrutar de esas instalaciones.

Más cafeterías cerradas

Ahora mismo también están cerradas las cafeterías que había en los centros sociales de Fingoi y A Milagrosa. Este mes también finaliza el contrato de la cafetería que hay en el CEI Nodus, al lado del Parque de Bomberos de la ciudad y del vivero de empresas del Concello de Lugo.

Además, aún está por ver qué sucederá con el espacio que hay reservado para una cafetería en el Auditorio de Magoi, que sigue cerrado años después de su entrega.