Conde: "Alcoa sigue instalada en su viaje a ninguna parte"

El vicepresidente económico de la Xunta de Galicia, Francisco Conde, opina que Alcoa sigue instalada en su "viaje a ninguna parte" y "se mantiene en la confrontación", cuando la "mejor solución" para la planta de aluminio primario de San Cibrao, para conservar los puestos de trabajo y la producción, sería "buscar un acuerdo".

Conde ha hecho estas declaraciones después de que este lunes el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) desestimase el recurso de la multinacional contra la cautelar que le prohíbe apagar las cubas en San Cibrao.

"Lamentablemente", ha dicho a la prensa Conde, la multinacional "no acepta trabajar" en una "solución que permita" la "continuidad de la planta" y tampoco responder al "interés general", que pasa por el mantenimiento de los puestos de trabajo.

Por parte de la Xunta de Galicia, Conde ha asegurado que el Gobierno gallego va a "seguir defendiendo ese posicionamiento", también en el juicio que se celebrará este jueves en el TSXG por la demanda contra el proceso de despido colectivo.

"Los trabajadores pueden contar con la Xunta de Galicia y con el Gobierno de España", ha expuesto Conde, porque ambas administraciones siguen "trabajando de forma conjunta" para buscar una solución.

En relación con esa posible solución, ha insistido precisamente en que se mantiene "la mano tendida" a la multinacional para tratar de llegar a un acuerdo, pero "depende de Alcoa".

"Le trasladamos nuestra voluntad de retomar las negociaciones para la venta de la planta al SEPI, pero es una decisión que tiene que tomar Alcoa", ha subrayado, porque "la mejor solución es un acuerdo".

Alcoa ya vendió el año pasado al fondo suizo Parter Capital las plantas que tenía en Avilés y A Coruña, después de un largo proceso que arrancó a finales de 2018 cuando la multinacional estadounidense anunció su intención de cerrar las dos fábricas, que justificó por los altos costes de la electricidad en España, la necesidad de hacer fuertes inversiones y la difícil coyuntura en los mercados de aluminio.

Pero Parter Capital no tardó en deshacerse de las mismas y fueron adquiridas por el Grupo Riesgo ya bajo la denominación de Alu Ibérica.

El grupo garantizó en principio el mantenimiento del empleo y anunció una inversión de 250 millones en cinco años en las instalaciones, pero las dudas sobre que Riesgo tenga un plan industrial provocó las protestas de los trabajadores, que han pedido al Gobierno que las intervenga.