ENCUESTA
El mercado de Ribadeo y sus protagonistas
El "micrófono callejero" de COPE de la Costa recoge la opinión de los vendedores ambulantes
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Muchas veces los consumidores no pensamos en las numerosas "vicisitudes" por las que pasan nuestros comerciantes. Y, la verdad, pocas no son. Por no hablar de los vendedores ambulantes, que tienen que hacer frente a las inclemencias meteorológicas, a la cuota de autónomos, a los desplazamientos cotidianos y a las tasas que cada ayuntamiento quiera hacerles pagar por montar el puesto.
En COPE de la Costa hemos querido salir a la calle este miércoles, día de mercado por antonomasia en Ribadeo, y preguntar a los auténticos protagonistas de todo esto cuál es su perspectiva acerca de su situación y cómo ven la situación actual de nuestra economía más cercana.
Brisas, panes y descontentos
Las respuestas que han ofrecido los vendedores en nuestro "micrófono callejero" son variopintas. Algunas, por supuesto, bastante previsibles, como el hecho de que en esta zona de la comarca haya una "brisilla" a veces incómoda -incluso "peor que el Levante", según nos dice uno de los encuestados-.
Otras respuestas no lo son tanto, como la diferencia abismal entre los tenderos que dicen estar contentísimos -para muestra, el panadero de Palas de Rei que nos trae cada semana "un pan que aquí non hai"- y los comerciantes que se quejan de las "pocas ventas", amenazando hasta con cerrar el chiringuito y no volver.
La ruta del norte
En lo relativo al día a día de nuestros vendedores ambulantes, lo cierto es que siguen una ruta más o menos homogénea. Según el día de la semana del que se trate, podemos verlos en Boal, La Caridad, Ribadeo, Burela, Navia, Tapia de Casariego o Vegadeo, y también de manera más ocasional en otras zonas de A Mariña, como Foz o Viveiro, aparte de visitar mensualmente nuestras comarcas vecinas de A Terra Chá o Meira.
Se trata de una especie de "Camiño do Norte", pero no con fines espirituales, culturales o deportivos. Para nada. Aquí lo que cuenta es ganarse el pan de cada día, algo que, según nos dicen casi todos, no es una cuestión sencilla.