Este domingo se celebra en Mondoñedo una tradición milenaria que pervive hoy en día y enfrenta la bravura del caballo y el músculo humano. Es la Rapa das Bestas de Campo do Oso.

Cada año, desde hace 45, los jinetes guían a los caballos desde los montes hasta el curro del Campo do Oso para cortarles la crin, desparasitarlos y marcarlos. En esta edición domarán 300 caballos.

Se trata de un ritual que enfrenta en un 'tú a tú' la bravura del animal salvaje con la fuerza del hombre. Unalucha cuerpo a cuerpo hasta que llega el momento del entendimiento.

Más vale maña que fuerza

Alba Recalde, de la ganadería Xan das Bouzas, explica que “a veces vale más la maña que la fuerza”. Se tarda una media de 10 minutos en dominar al animal y ponerle la marca. Hoy día marcan con nitrógeno, no a fuego, para evitar dañar al caballo.

En la rapa participará una quincena de personas, ella también. Cuenta que empezó hace 10 ó 12 años, al heredar esa tradición de los antepasados de su marido.

Y le gusta mucho, le da “pena que se pare de hacer porque no haya gente que colabore”. Este año es la edición número 45 de la Rapa y “hay muy pocas rapas en Galicia con tanta antigüedad”.

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Bonito pero peligroso

Afirma Alba que puede ser peligroso para la gente que está dentro del curro “porque son animales salvajes que están todo el año en libertad”. Cuando el caballo se ve allí agarrado “no sabes cómo puede reaccionar, puede darte una patada, tienes que pelear con él para poder tumbarlo, tienes que inmovilizarlo lo máximo posible para prever cualquier movimiento cuando le estén rapando”.

Pero es un espectáculo muy bonito que atrae a mucha gente. Por ejemplo el año pasado fue uno de los mejores de público y “al ver que gusta, te anima a seguir haciéndolo lo mejor posible”.

Además de la rapa, que empezará sobre las 12 de la mañana, el día se completa con una sesión vermú y una comida campestre para disfrute de todo el mundo.