UCRANIA
"Amo Galicia, pero...": Un refugiado ucraniano comparte lo que más le cuesta de la cultura gallega
Nuestra comunidad le ha abierto sus puertas a los refugiados ucranianos, ofreciendo seguridad y una nueva vida. Maxy, que reside en Vilagarcía de Arousa, valora enormemente esta ayuda, pero también señala un aspecto de la cultura gallega que le resulta difícil de comprender
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Pontevedra - Publicado el
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La comunidad ucraniana que vive en Galicia ha estado en las últimas horas muy pendiente de la reunión bilateral que mantuvieron este martes representantes de Estados Unidos y Rusia para poner fin al conflicto bélico en Ucrania.
Estas negociaciones han comenzado sin el concurso de la propia Ucrania y sin contar con la Unión Europea, lo que causa preocupación entre los cientos de refugiados ucranianos que llegaron hace tres años a nuestra comunidad huyendo de la guerra. Uno de ellos es Maxy, un joven que reside en Vilagarcía de Arousa y que analizaba en COPE cómo ve estas negociaciones “de paz” y también cómo nos ve a los gallegos.
Una paz sin Ucrania
Maxy, al igual que muchos otros compatriotas, cree que ambas superpotencias, como si estuvieran en plena Guerra Fría, intentan repartirse el país y llegar a un acuerdo humillante y lesivo para los intereses ucranianos. La intención de Trump de que el país ceda la mitad de sus tierras raras a los EE.UU. o el veto de la entrada de Ucrania en la OTAN causan consternación entre los refugiados, que ven estas condiciones como humillantes e injustas.
¿Qué no le gusta de LA CULTURA GALLEGA?
Maxy agradece la acogida y la amabilidad de los gallegos con los refugiados ucranianos en todos estos años, aunque pone un pero. “Perfecto, la naturaleza muy bonita, la gente muy amable, son muy abiertos”, aunque hay algo que le chirría y que, queramos o no, forma parte de nuestra cultura. Maxy se queja de que para encontrar trabajo en la zona en la que vive, Arousa, necesita “tener enchufe, necesito conocer a un Manolo, a un José o a una Susana”. Ese nepotismo y red de contactos, tan arraigados en nuestra cultura, impiden a muchos compatriotas la búsqueda de un empleo, especialmente en localidades pequeñas. Maxy cree que la situación puede ser distinta “en Vigo o Coruña”, al ser municipios más grandes y con otras dinámicas.