Vinos Rías Baixas
Cambados luce una placa que conmemora la declaración de interés internacional de la fiesta del Albariño
El presidente del Consejo Regulador de la DO Rías Baixas ha destacado que se trata de la “culminación natural” de casi siete décadas de éxito colectivo
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rías Baixas, Juan Gil de Araujo, ha oficiado este lunes el descubrimiento de la placa conmemorativa de la declaración de Fiesta del Albariño como Fiesta de Interés Turístico Internacional, junto a la alcaldesa de Cambados, Fátima Abal.
Gil de Araujo destacó que la declaración de la Fiesta del Albariño de Cambados como Fiesta de Interés Turístico Internacional, lograda el pasado mes de septiembre, supone “la culminación natural” de su largo proceso de crecimiento, desde su origen prácticamente espontáneo en 1953 hasta su dimensión actual. El máximo responsable del Consejo Regulador expuso que “nadie debería atribuirse especial mérito, pues el mérito es de todos”.
En este sentido, Gil de Araujo citó a las distintas personalidades responsables de los hitos destacados de la Fiesta del Albariño a lo largo de su existencia y exhortó a que “nadie se deje deslumbrar por el brillo de la placa que hoy descubrimos porque detrás de ella hay todo un pueblo, hay miles de viticultores mimando sus viñas para conseguir las mejores uvas, decenas de bodegueros realizando el milagro de su transformación en vino, en nuestro maravilloso Albariño Rías Baixas”. El presidente de Rías Baixas tampoco olvidó a muchos otros trabajadores implicados directa e indirectamente en el sector, la labor de la hostelería cambadesa, el personal de organización, logística, limpieza y seguridad de la fiesta o sus características peñas.
En su repaso por los hitos destacados de la Fiesta del Albariño de Cambados, Juan Gil de Araujo recordó su nacimiento “espontáneo y natural” en 1952, cuando un grupo de amigos porfiaba por ver quién elaboraba el mejor vino albariño. Bernardino Quintanilla, Ernesto Zárate, Manuel Silva, José Rodiño o José Fernández Aguiño formaban parte del grupo, que decidió convocar una merienda privada con medio centenar de personas en la huerta de Ángel Botana, yerno de Ramón Cabanillas.
La cita ganó dimensión en años posteriores, trasladándose a los jardines del Pazo de Ulloa y luego a los de la casa de la Calzada. Álvaro Cunqueiro y José María Castroviejo contribuyeron en esa etapa a acrecentar el marco cultural e intelectual de la celebración.
Ya en los años sesenta, Gil de Araujo subrayó la aparición de la figura de Manuel Fraga Iribarne como Ministro de Información y Turismo, en “inigualable tándem” con Pío Cabanillas. Fue en esa etapa cuando la fiesta adquirió carácter público, con catas en la Calzada y pregón en Fefiñanes. El carácter popular de la fiesta se hizo definitivamente efectivo con la conversión del Pazo de Bazán en Parador Nacional, que acoge la comida y entrega de premios de la Fiesta del Albariño.
El presidente del Consejo Regulador puso de relieve también la creación en 1969 de la Cofradía do Viño Albariño, que dio una nueva dimensión a la celebración con su Capítulo, al que acuden personalidades políticas y sociales de primer nivel, junto a figuras del espectáculo y del deporte. En 1977, en los 25 años de su existencia, la fiesta se declaró de interés turístico, distinción que se ratificó en 1990 con la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional de acuerdo a la nueva ley.
El atractivo de la fiesta a nivel internacional no ha dejado de crecer nunca, como demuestra el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Internacional obtenido en septiembre de 2018.