El dueño del bar de Marín al que atacó un cliente: "No fue una agresión, fue una tentativa de homicidio"
Fernando y su madre, de 71 años, fueron brutalmente agredidos por un cliente borracho que destrozó el local Los 3 Monos y atacó a varios empleados y policías

Entrevista con Fer Fernández, dueño de Los Tres Monos
Pontevedra - Publicado el - Actualizado
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Fernando Fernández, dueño del local Los 3 Monos en la playa de Aguete (Marín), sigue en shock tras la brutal agresión que sufrió él y su madre el pasado fin de semana. Todo comenzó cuando el hostelero llamó la atención a un cliente que estaba "muy borracho" y molestando mientras él se reunía con un amigo para organizar eventos. La reacción del individuo fue descontrolada: destrozó el mobiliario, lanzó sillas y mesas, y atacó violentamente a Fernando, que terminó en el suelo recibiendo patadas.
La situación se volvió aún más grave cuando la madre del empresario, de 71 años, intentó socorrerlo. El agresor la tiró al suelo y le golpeó la cabeza con una botella, causándole una brecha, fracturas en ambas manos y una costilla rota. "Cuando la vi rodeada de sangre, pensé que la había matado", confesó Fernando en una entrevista en COPE Pontevedra.
El violento episodio no terminó ahí. El agresor también atacó a varios empleados y a los agentes de policía que acudieron al lugar. En su intento de fuga, llegó a romper la ventanilla del coche patrulla.
En libertad pese a los antecedentes
A pesar de la gravedad de los hechos, el agresor —un hombre de Ourense que se encontraba en Marín de forma esporádica— fue puesto en libertad tras declarar ante el juez. Fernando Fernández había solicitado una orden de alejamiento para él, su madre y su restaurante, además de la prisión cautelar hasta el juicio. "Esto fue un homicidio en grado de tentativa", asegura el empresario, bastante indignado por la decisión judicial.
Según la Policía, el agresor y su acompañante ya tenían antecedentes y habían causado problemas en otro bar de Marín ese mismo sábado, donde incluso robaron una tarjeta de crédito. Todo apunta a que llegaron ya ebrios a Los Tres Monos y siguieron bebiendo.
Con 18 años de experiencia en hostelería, Fernando nunca había vivido una situación similar. Tanto él como su madre, que se recupera en casa con las manos inmovilizadas, afrontan ahora el dolor físico y el impacto psicológico de la agresión. "Nos queda un trauma importante", admite el empresario.