ENTREVISTA

Moncho Borrajo: "la verdadera censura no proviene del gobierno sino de las redes sociales"

El cómico gallego está en Galicia con su gira de despedida después de cincuenta años sobre los escenarios

José Jardón

Pontevedra - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

      
      
             
      

El humorista gallego Moncho Borrajo está en nuestra comunidad para presentar su gira de despedida “¡Se acabó! Mi último espectáculo”, tras más de cinco décadas dedicadas a hacer reír al público. En su última visita a Galicia, Borrajo nos concedió una entrevista en la que no sólo repasó su larga carrera, sino que también ofreció una visión crítica y perspicaz sobre el panorama del humor actual.

LA RETRANCA GALLEGA Y LA TRACA VALENCIANA, SEÑAS DE IDENTIDAD 

Borrajo, que se siente especialmente cómodo actuando en su tierra natal, destaca la importancia de la "retranca gallega" en su forma de entender el humor. "Volver a tu tierra siempre es un placer porque, quieras que no, hay una retranca innata que funciona muy bien tanto con el público como contigo mismo, porque te obliga a estar un poquito más agudo, ¿no? Para que no digan", afirma el cómico. 

Esta retranca, combinada con la “traca valenciana”, ya que vivió varios años en Valencia, conforma la esencia de su estilo humorístico, un estilo caracterizado por su variedad y su capacidad de conectar con el público a través de la inteligencia y la ironía. "Yo siempre he dicho que tengo la retranca gallega y la traca valenciana".

MONCHO BORRAJO REFLEXIONA SOBRE EL HUMOR ACTUAL

A lo largo de la entrevista, Borrajo reflexiona sobre la evolución del humor en las últimas décadas, destacando la desaparición del humor machista como uno de los cambios más positivos. El cómico, que siempre rechazó el humor basado en el insulto y la discriminación, celebra la mayor sensibilidad social que existe actualmente hacia este tipo de chistes. "Hemos ganado en que, por ejemplo, todo lo que es el concepto machista, pues ha desaparecido. Ya no hay aquellas bromas que solía haber con la mujer, con la vedettes, sobre todo, ¿no?". No obstante, Borrajo advierte sobre el peligro de una corrección política excesiva, que puede conducir a una censura velada y a una pérdida de espontaneidad en el humor.

LAS REDES SOCIALES, LA NUEVA CENSURA

Para el humorista gallego, la verdadera censura actual no proviene del gobierno, sino de las redes sociales, que se han convertido en un tribunal implacable donde cualquiera puede erigirse en juez y verdugo del humor ajeno. "Cuando empezábamos nosotros, teníamos que utilizar la retranca, el doble sentido, porque si hablábamos del gobierno... Yo me he metido siempre con la política y la gente te entendía muy bien. Creo que ahora se lo dan todo comido y mascado. ¿Sabes lo que te quiero decir?". 

Borrajo lamenta que el público actual, influenciado por las redes sociales, sea más susceptible y menos tolerante con la crítica y el humor incisivo, lo que lleva a una homogeneización del discurso y a una pérdida de riqueza y variedad en el panorama humorístico.

      
             
      

QUÉ OPINA MONCHO BORRAJO DE LOS MONOLOGUISTAS ACTUALES

El cómico también se muestra crítico con la proliferación de monologuistas que, en su opinión, abusan de la interacción con el público y del humor fácil, en detrimento de la elaboración de un discurso propio y original. "Yo cuando veo gente que dice, 'Es que esto está de moda.' Digo, 'Pues eso lo hacía yo en los años 70'. Para Borrajo, el humor debe ser algo más que una sucesión de chistes y ocurrencias; debe tener un fondo, un mensaje, una capacidad de provocar reflexión y de conmover al espectador.

A pesar de sus críticas al humor actual, Borrajo reconoce que existen "monologuistas muy buenos" que están haciendo un trabajo interesante e innovador. Lo que lamenta es la falta de variedad y la tendencia a la imitación, que lleva a que muchos cómicos terminen pareciéndose entre sí y pierdan su identidad propia.

En la recta final de su carrera, Moncho Borrajo se despide de los escenarios con un legado de humor inteligent y crítico de más de medio siglo: "Si consigo que me recuerden como una buena persona, como una persona que dedicó su vida a que los demás se rieran y lo pasaran bien, con eso ya me vale".