Fallece Paco Amoedo, el padre del boxeo gallego

El boxeo se queda huérfano. Huérfano de un padre, de un entrenador único. De una leyenda. El vigués Francisco Amoedo, Paco para todos, fallecía en el día de ayer tras una larga enfermedad. Pero su legado es eterno. Fue el preparador de grandes boxeadores gallegos, como Pedro Ferradás o Carlos Miguel, que nunca podrán dejar de agradecer su cariño infinito.

Porque a Paco se le respetaba como entrenador. Pero se le admiraba todavía más por su faceta personal. Un hombre cercano y cariñoso. Un hombre tranquilo y familiar. Un hombre que siempre luchó por darle al boxeo el lugar que merecía entre el resto de deportes. Y en su ciudad natal lo consiguió, aunque a veces las instituciones públicas le diesen la espalda.

Manolo Planas, presidente de la Federación Gallega de Boxeo, comentaba a COPE Vigo que "si Amoedo no hubiese estado en las épocas malas de este deporte, el boxeo no existiría. Su legado es enorme". Además, mostraba la tristeza de Paco porque "la pena que siempre tenía es que tuvo que ir a hacer muchos eventos fuera de su ciudad, a la que tanto quería, por falta de entendimiento con las insituciones y eso le dolía mucho y la poca ayuda que recibió de la ciudad".

Los esfuerzos del ente federativo se centran, ahora más que nunca, en conseguir en Vigo unas instalaciones para los amantes del boxeo y que ese pabellón lleve el nombre de Paco Amoedo, "para devolver parte de ese legado que él nos ha dejado", confesaba Planas.

Han sido muchos los amigos y compañeros que se han acercado a lo largo de estas últimas horas al tanatorio para dar un último adión al padre del boxeo en Galicia, una persona muy querida y admirada por todos más allá de las fronteras de la ciudad olívica.