La iniciativa de Salvador, dueño de un restaurante familiar en Galicia, que deja atónitos a sus clientes: "No puede"

Todo restaurante aspira a diferenciarse de los demás, a ofrecer algo especial que lo haga único entre una oferta tan nutrida como la que hay en prácticamente cada pueblo de España. 

Sin embargo, muy pocos encontrarás, si es que encuentras alguno, que como el Abrente haya apostado por un sello de distinción que la mayoría rechazaría sin dudarlo. Porque si algo distingue a este restaurante de Baiona es que dedica el 5 por ciento de todo lo que factura a comidas solidarias que sirve a quienes más las necesitan.

Al frente del restaurante está Salvador, al que ayudan su padre y su madre, de 70 y 75 años, respectivamente; su esposa y los hijos de ambos, que tienen 9 y 13 años. Y su negocio de Baiona no es el primero que funciona con esta filosofía.

"Venimos de una cafetería en Santiago, donde regalamos los cafés a la gente que no puede desayunar, y vinimos aquí a Baiona hace ocho años y desde el primer día vimos que una, dos, tres personas no podrían pagar la comida, y nos dijimos: pues vamos a destinar el cinco por ciento de nuestra caja a comidas solidarias, a la gente que no tiene recursos", ha explicado en COPE Salvador.

Un plato caliente para todos

La idea es ir haciendo "una huchita para colaborar y que a la gente no le falte un plato caliente en invierno o una ensalada en verano", asegura Salvador, que ha encontrado en esta iniciativa, además, una forma de educar a sus hijos. 

"En casa no nos sobra, pero la satisfacción de educar a tus hijos y de ver a la gente que se lleva su plato de comida, pues no tiene precio, aunque nosotros no ahorremos, la verdad, porque tenemos unos precios muy justitos, y luego porque quitamos esos euros diarios. En casa lo notamos, pero la educación de los hijos y el poder llevarte una alegría a casa , que sabes que dejas a la gente con comida, pues vale más a veces que los ahorros", explica.

La iniciativa de Salvador no nace de la nada, sino de una época en la que él mismo lo pasó "muy mal, muy mal, muy mal". Tan mal lo pasó que ni luz tenía en casa. Pero ayuda a sus vecinos. Uno le pagaba la luz, el otro le daba de comer... 

una promesa a dios

"Me dije: si alguna vez salgo de esta, Dios mío, te prometo que voy a ayudar desde el primer día a los demás como a mi me han ayudado, y es de bien nacido ser agradecido", explica Salvador, obsesionado con educar a sus hijos "en la fe de la solidaridad", en que aprendan lo que cuesta ganar las cosas y en la importancia de compartir.

Una de sus épocas de mayor ocupación se aproxima. Es la Navidad, claro. Nochebuena es la única noche de todo el año en que el restaurante no abre. 

La familia al completo trabaja en la cocina para preparar comida que se llevarán unos 60 u 80 comensales. Este año se beneficiarán vecinos no solo de Baiona, sino también de otras localidades, como NIgrán o Tui.