El cadete del Santa Ponsa agredido por otro del Cala D'Or ya está en casa

Nuevo fin de semana de violencia en los campos de fútbol en Mallorca; todo empezó con un jugador de tercera regional del Son Sardina, que agredió injustificadamente a un rival en pleno partido. Se unieron a esta triste fiesta los juveniles del Campos y la Penya Arrabal y la ha seguido el Cala D'Or en categoría cadete. En el encuentro entre Santa Ponsa y Cala D'Or del pasado fin de semana Adrián Muñoz, del Santa Ponsa, fue brutalmente agredido por un rival y acabó ingresado en un centro hospitalario donde estuvo en observación. Ahora, felizmente, al jugador ya se le ha dado el alta y ha vuelto a casa.

Con el lema "Nos tocan a uno, nos tocan a todos" ha querido expresar el Santa Ponsa su condena a este nuevo episodio de violencia en el fútbol base balear. El club calvianer, mediante sus redes sociales, también ha manifestado su deseo de que se aplique una severa sanción al agresor tanto por parte del club de Santanyí como de la propia Federació de Futbol de les Illes Balears (FFIB).

La agresión ha sido denunciada ante las autoridades y, por su magnitud y repercusión, el propio alcalde de Calvià ha querido expresar su profundo malestar: "Lamentable e injustificable la violencia en el deporte, y en cualquier ámbito de la vida. Mi más sincero deseo de una pronta recuperación para Adrián. Ánimo también a su familia y al club". 

Además el Cala D'Or, junto al C.F Santanyí, ha emitido esta mañana un comunicado en el que confirmaba que el jugador causante de la agresión ha sido apartado indefinidamente del C.D Cala D'Or. Denuncian también en ese mismo comunicado cualquier tipo de violencia ya sea física o verbal pero al mismo tiempo alegan que, pese a la gravedad de lo sucedido, el agresor fue a la grada cuando acabó el partido y se disculpó ante la afición y la propia familia de Adrián.

Está siendo, sin duda, un mes bastante trágico en los terrenos de juego de Baleares; ya se han contabilizado tres agresiones (en Son Sardina, en Campos y en Santa Ponsa) y la imagen del fútbol base mallorquín se ha dañado gravemente con estas acciones violentas y desmesuradas, tan injustificadas como innecesarias.