3.000 euros de multa a un restaurante que regalaba comida a los más vulnerables durante las restricciones
Dos voluntarias de esta iniciativa descansaban en el interior del local cuando la normativa mantenía prohibido comer y beber en este espacio.

3.000 euros de multa a un restaurante que regalaba comida a los más vulnerables durante las restricciones
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Melisa es la propietaria del bar Gallego, ubicado en Palma. Se enfrenta a 3.000 euros de multa por incumplir la normativa covid cuando repartía comida de forma gratuita a más de 200 personas durante los peores momentos de la pandemia.
La iniciativa de esta restauradora empezó a finales de enero de 2021. Melisa ha explicado para COPE que junto a su madre y el cocinero del bar, se pusieron a preparar y elaborar cada miércoles platos calientes y menús completos para personas vulnerables, entre ellos muchos de sus clientes que culpa de la pandemia lo perdieron todo. A esta gran labor, se unió un numeroso grupo de voluntarios.
''Clientes míos que antes de la pandemia tenían trabajo, tenían una vida digna y estaban bien. La pandemia no solo ha arrasado con vidas, ha arrasado con la dignidad de muchas personas porque se encontraban en una situación que ellos nunca antes se habían visto. Ante toda esta situación, nosotros pusimos en marcha esta iniciativa. Imagínate: mi madre, mi cocinero y yo nos pegábamos unas palizas desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde para llevar a cabo esta labor y ahora nos pasa esto'', explica Melisa.

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El Ayuntamiento de Palma había autorizado esta actividad social sin fines lucrativos pero la sorpresa fue cuando la Policía Local de Palma, junto a la patrulla verde, se personó en el establecimiento, alegando, explica, que ''los vecinos habían llamado por la cantidad de gente que se encontraba fuera del local y que nos estábamos lucrando de la actividad''.
Explica Melisa que al ver que realmente estaban realizando una acción social y ''no podían hacer nada'', levantaron acta porque dos voluntarias estaban comiendo y bebiendo en el interior del bar. En ese momento, Mallorca se encontraba en el nivel de alarma cuatro por la pandemia y no estaba permitido acceder a los interiores de los bares y restaurantes. Unas chicas, que explica Melisa, estaban descansado porque llevaban desde las ocho de la mañana trabajado sin parar.
Hace dos días le entregaron la sanción y le piden 3.000 euros.
''Estoy frustrada. El día que me llegó yo no sabía si reír o llorar porque dije: ¿dónde está la cámara escondida? A lo mejor esto es un cachondeo. La poca vergüenza que pueden tener de querer beneficiarse de los autónomos, que no tenemos ni a penas trabajo, estamos sobreviviendo. ¿Que nos pidan 3.000 euros por esto? Yo no puedo pagarla, porque el importe que me piden es desorbitado. Lo único que traté fue de ayudar. No puedo pagar 3.000 euros, una porque no los tengo y otra porque es injusto. No he cometido ninguna infracción y menos grave", explica Melisa completamente frustrada.

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Melisa no entiende el motivo de la multa y se siente engañada. Lo único que ha hecho, asegura, es ayudar de forma altruista a la gente. Dice que para tener su local abierto está haciendo un esfuerzo muy grande y lamenta que ''el Ayuntamiento de Palma recaude dinero a costa de los más vulnerables''. ''¿Cual es el problema de aquí de Palma? ¿Cómo funcionan estas cosas? Que aquí con tal de recaudar son capaces de multarte por cualquier tontería cuando hay personas que hacen botellones, fiestas clandestinas... con esta gente no se meten porque no pueden. Se meten con el pequeño comercio, con el autónomo que está en quiebra, con el autónomo que pierde su negocio. Se habla mucho del covid, ¿pero por qué no se habla de la tasa de mortalidad tan alta por depresión y suicidio que ha habido despues de esta pandemia? Esto ha arrasado con todo. No nos quieren ayudar, nos quieren hundir.