El choque cultural que vive una joven británica al llegar a un colegio de Menorca y la explicación: "¿Por qué?"

Una joven británica está causando furor en TikTok después de compartir una experiencia inesperada en su nuevo colegio en Menorca. Olivia, quien se mudó desde el Reino Unido a esta de las Islas Baleares, se vio sorprendida por un pequeño detalle que no había visto antes en las aulas de su país: pelotas de tenis en las patas de las sillas. En un vídeo que rápidamente se hizo viral, Olivia expresó su asombro y planteó una pregunta que muchos de sus seguidores, sobre todo los que conocían el sistema educativo español, ya sabían la respuesta.

"¿Por qué hay pelotas de tenis al final de las sillas en las clases?", preguntaba Olivia en su vídeo, completamente sorprendida por el detalle que parecía tan fuera de lo común para ella. Lo que Olivia no sabía en ese momento es que esa práctica, aunque curiosa a simple vista, tiene un propósito muy específico y útil en las aulas españolas, especialmente en lugares como Menorca.

Los comentarios en el vídeo de Olivia rápidamente se llenaron de explicaciones de otros usuarios, muchos de ellos residentes en España o familiarizados con las costumbres de las aulas ibéricas. El motivo por el cual se colocan pelotas de tenis en las patas de las sillas, como le explicaron, no es para darle un toque decorativo ni para hacer las clases más divertidas, sino que tiene una razón funcional. Las pelotas de tenis se usan para evitar el ruido.

En las aulas, cuando los niños se mueven, arrastran las sillas, lo que puede generar un ruido molesto, especialmente si se trata de grupos grandes de estudiantes. El sonido de las sillas raspando el suelo puede ser especialmente incómodo, tanto para los que están en clase como para los profesores. 

la explicación

Las pelotas de tenis se colocan en las patas de las sillas para amortiguar el impacto al moverlas, evitando que hagan ruido al arrastrarlas por el suelo. Esta sencilla solución también tiene un beneficio adicional: ayuda a proteger el suelo del aula de los arañazos y el desgaste, prolongando así la vida útil del mobiliario escolar.

Además del beneficio evidente en términos de reducción del ruido, algunos usuarios en los comentarios explicaron que esta práctica es particularmente útil en colegios que cuentan con niños que tienen alta sensibilidad al ruido, como aquellos diagnosticados con autismo o trastornos relacionados.

Para los niños con este tipo de sensibilidad, los sonidos fuertes o molestos pueden ser un desencadenante de ansiedad o estrés. Por lo tanto, la implementación de medidas como las pelotas de tenis en las sillas permite crear un entorno más tranquilo y cómodo para todos los estudiantes, pero especialmente para aquellos que requieren un ambiente más sereno para poder concentrarse y participar en clase sin sentirse abrumados por el ruido.

Este pequeño gesto, que podría parecer extraño o innecesario para quienes no están familiarizados con él, en realidad es un claro ejemplo de cómo el sistema educativo en España, y en particular en regiones como Menorca, adapta sus recursos para ofrecer un ambiente inclusivo y accesible para todos los estudiantes, teniendo en cuenta las necesidades individuales de cada niño.

El choque cultural

El caso de Olivia no es aislado. Cuando las personas se trasladan a un país con una cultura diferente, es normal que se enfrenten a pequeños (o grandes) choques culturales. Para Olivia, una joven británica que se mudó a Menorca, adaptarse a las diferencias en el sistema educativo fue una de las experiencias que más le sorprendió. El simple hecho de ver pelotas de tenis en las sillas de la clase la dejó confundida, y lo compartió con sus seguidores en TikTok, buscando respuestas.

Este tipo de situaciones son comunes entre los expatriados. Los británicos que se mudan a España suelen encontrarse con diferentes normas y costumbres que, aunque muy lógicas para los locales, pueden parecer peculiares para quienes vienen de otros países. Las diferencias van desde pequeñas costumbres diarias, como la comida o el horario de las comidas, hasta detalles más específicos como la organización de las aulas o los métodos pedagógicos.