Una horquilla de doce horas abre el abanico en la investigación de la muerte de Carolina, la niña de Logroño
Hace diez días la policía encontró el cadáver de Carolina, la menor hallada muerta en Logroño. Doce horas clave abren el abanico en la investigación
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hace diez días la policía encontró el cadáver de Carolina en Logroño, una niña de sólo cinco años. La policía evitaba el suicidio de su madre; la abuela desaparecida finalmente fue encontrada ahogada en el río Ebro, se había suicidado. Un caso que sigue envuelto en el misterio, ni se conoce el momento exacto de la muerte de la niña, ya que los forenses, según ha podido saber COPE.es, dan una horquilla muy amplia de doce horas, ni se sabe exactamente cómo murió, ni siquiera quién fue la autora del crimen. Todo son misterios. Solo hay detalles inquietantes y extraños en esta historia, el caso de la habitación 404 del Hotel Los Bracos.
¿Por qué se está tardando tanto en conocer la causa de la muerte de la niña?. Los forenses prefieren no aventurase, a la espera de los análisis de toxicología. Habrá que esperar en torno a tres semanas, se indicó hace diez días, para tener el informe concluyente. Fuentes en torno a la investigación a las que ha tenido acceso COPE.es dejan deslizar que pudo ser por sofocación pero con la niña no estando en perfecto estado, sí tal vez estando adormecida. No hay señales evidentes.
La investigación trabaja con una horquilla de doce horas que abren el abanico. La niña fue hallada muerta el lunes, 27 de Enero, a las nueve y media horas de la mañana. La abuela salió del hotel a las cinco y media de la tarde de la tarde del domingo 28 de Enero. En ese abanico de horas pudo producirse la muerte de Carolina. Por lo tanto, la abuela pudo también haber participado en la muerte de la niña.
La madre está en prisión como presunta autora de la muerte, pero no se puede descartar la particiación de la abuela o la autoría, aunque según los expertos en criminología hay muy pocos casos en España de filicidios cometidos por dos autores.
El hijo menor de la abuela, el hermano de Adriana y tío de la niña, llevó a la Guardia Civil, cuando ya la niña apareció muerta, una serie de cartas de suicidio. En ellas, tanto la madre como la abuela hablan de que se van a quitar la vida, aunque no exactamente con esa palabra.
En las carta hay dos tipso de motivaciones lo cual añade todavía más misterio a este caso.