Una familia encuentra lo que buscaba en La Rioja: “Llegamos hace 10 meses”

En este curso 2024/2025, La Rioja cuenta con 11 CRA, colegios rurales agrupados. Unos centros escolares que cuentan con 329 docentes. Unos profesionales que atienden cada día a 1.456 alumnos de Infantil y Primaria; a 19 de 1º y 2º ESO (En Ausejo y Torrecilla) y 32 de 0-3 años, matriculados en Badarán, Igea, San Vicente y Uruñuela. Para educarles, 329 docentes. 

La caída de la natalidad, sumada a la despoblación rural, ha provocado un descenso de alumnos en las aulas rurales hasta el punto de que algunos centros escolares han estado al borde del cierre. 

Hace 10 años, en 2014, en las centros escolares rurales había matriculados 1.624, 27 en ESO, impartían clase 242 profesores. 

Si bien es cierto que en los últimos años, motivadas en muchos caso por la pandemia, algunas familias han decidido volver a esos pueblos con los que tenían alguna relación familiar. Incluso otras familias han elegido pueblos de La Rioja sin tener ninguna vinculación. Quizá pasaban los veranos atraídos por su naturaleza, patrimonio y ambiente. Familias que han buscado tranquilidad y ventajas, también en el ámbito educativo. 

En este sentido, Rocío Laorden, profesora y actualmente directora del C.R.A. Valle Oja Tirón, tiene muy claras las ventajas que tiene un colegio rural frente a uno de ciudad. Una educación prácticamente a la carta que está muy pendiente de sus alumnos y de sus familias. La tecnología ha posibilitado superar algunos obstáculos. 

María Erauzkin y su marido Iván Solar llegaron hace 10 meses a La Rioja procedentes de Bilbao. Querían dar un cambio radical a sus vidas y apostar por el mundo rural.

Eligieron Cuzcurrita porque hace 17 años unos familiares compraron una segunda residencia en este pueblo de La Rioja Alta. Ellos se mudaron al sur y María y su pareja decidieron comprarles esa vivienda.

La pandemia les empujó a tomar la decisión definitiva: vivir en Cuzcurrita durante todo el año, no solo en vacaciones. Querían "vivir más lento". Esa es su filosofía de vida.

Un cambio en todo los sentidos, también en el educativo. Los hijos de María, Adriana y Alex, dejaron atrás un centro escolar trilingüe para llegar a un C.R.A. Ellos acuden cada mañana al C.R.A. Oja -Tirón que aglutina a los alumnos de cuatro pueblos riojanos, Anguciana, Cuzcurrita, Castañares y Santurde.

Una de las preocupaciones de la familia vinculada al cambio de vida era la educación de Adriana y Alex. En Bilbao asistían a un centro escolar grande y con muchos servicios y en este pueblo las instalaciones serían más pequeñas  y estarían con niños de diferentes edades en el aula. Apostaron por ellos y cuentan en COPE RIOJA que han acertado 100% con su decisión, "toda la familia está contenta". 

Se están adaptando a la nueva vida poca a poco y ya participan en la vida educativa y en la vida social del pueblo. Están integrándose sin problemas. Ya son una familia más. 

¿Qué ventajas tiene acudir cada mañana un centro con pocos alumnos? María lo tiene claro, la relación es muy estrecha. El obstáculo que encuentra, para algunas familias más que para otras, es el tema de la movilidad. En el caso de buscar alguna extraescolar que no se pueda hacer en el pueblo, hay que desplazarse. En este caso, con dirección a Haro, Santo Domingo o incluso hasta Logroño. Si hablamos de distancia, Cuzcurrita está a poco más de 50 km de la capital riojana por lo que en poco más de media hora has completado el trayecto en coche. 

Son aulas diversas pero personalizadas también. En el caso de María, sus hijos comparten aula a pesar de llevarse un curso educativo. Están cursando 2º y 3º de primaria. 

María e Iván tienen un propósito: “Vivir más lento”.  En su balanza gana la tranquilidad y una educación personalizada, la que encuentran en uno de los colegios rurales de La Rioja. 

No son pocas las familias que deciden "cambiar de vida" para que sus hijos se crezcan en un entorno alejado del ritmo frenético que imponen las ciudades.