El último término importante que debes saber en el contexto del Covid-19

Durante casi un año, a medida que nos hemos adaptado al nuevo estilo de vida durante la incidencia de la pandemia en España, se han incorporado nuevas expresiones a nuestro vocabulario. En el último año hemos empezado a decir cosas como “el distanciamiento social”, “frenar la curva” o “los inmunodeficientes corren mayor peligro”.

Términos y expresiones que se ultilizan y se oyen en conversaciones con amigos y familiares, en las redes sociales y prácticamente en cualquier artículo escrito en los medios de comunicación.

"Confinamiento”, es la palabra del año para la FundéuRae. El término que ha marcado una buena parte de 2020, el año en el que la pandemia “ha cambiado radicalmente nuestra forma de vivir y de hablar”, según la institución.

NIEVE CARBÓNICA

El último término importante sobre el coronavirus que debes conocer para seguir el hilo de las noticias y las conversaciones llega con las vacunas. Es la nieve carbónica o hielo seco, dióxido de carbono (CO2) en estado sólido. Recibe este nombre, porque, pese a parecerse al hielo normal o a la nieve por su aspecto y temperatura, cuando se sublima no deja residuo de humedad porque su base no es agua y su estado natural es gaseoso. Incluso a temperaturas ambientales bajas, tiene una temperatura de sublimación de −78,5 °C (a una atmósfera de presión).

La nieve carbónica fue descubierta por el químico francés Adrien-Jean-Pierre Thilorier en 1835. El hielo seco tuvo su primer uso en el mercado 90 años más tarde, en 1925, cuando los dispositivos aéreos Priest con sede en Nueva York utilizaron el compuesto en extintores. Con el paso de los años, la gente empezó a encontrar más usos para el hielo seco.

Las virutas de nieve carbónica o hielo seco, pueden ahora ayudar a salvar millones de vidas debido a sus propiedades físicas porque son ideales para transportar las vacunas contra la COVID-19.

TEMPERATURAS BAJAS PARA LAS VACUNAS

Los preparados de Pfizer y de Moderna deben conservarse a temperaturas extremadamente bajas para mantenerse estables, por lo que un pequeño descuido que rompa la cadena de frío las puede inutilizar. El problema es que apenas hay un puñado de empresas que lo fabrican en Europa. La belga Cryonomic construye máquinas para crear hielo seco y ahora no da abasto.

La vacunación de Margaret Keenan, una británica de 90 años que recibió el preparado de Pfizer-BioNTech en un hospital del centro de Inglaterra ha marcado un hito de la historia de la medicina pero también pone sobre la mesa una serie de retos técnicos y logísticos ligados a esta vacuna tan particular.

Una de las principales novedades de la fórmula de Pfizer, al igual que ocurre con la de Moderna, es el uso de la tecnología conocido como de ARN mensajero (ARNm). Y aquí empiezan las complicaciones.

Que una vacuna necesite estar refrigerada no es novedad. La diferencia está en la temperatura exigida, que en el caso de este compuesto específico debe estar por debajo de los -70 grados centígrados.

La vacuna de Pfizer va a llegar a España a través de unas cajas con nieve carbónica y repartidas en viales, cada uno de ellos con cinco dosis. Según fuentes del Ministerio, la caja tendría capacidad de cinco bandejas, lo que supondría unos 5.000 pinchazos de la vacuna. La mayor parte de las comunidades por ello han adquirido ultrarefrigeradores para guardar las dosis de vacunas contra el Covid-19