Cebos envenados: La Guardia Civil inicia una búsqueda intensiva en La Rioja
Dos perros especialmente entrenados participan en los controles en la búsqueda de cebos envenenados en La Rioja. Los rastreos se intensifican en los montes riojanos

Dos perros participan en los controles en la búsqueda de cebos envenenados en La Rioja
Logroño - Publicado el - Actualizado
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La Guardia Civil y el Gobierno de La Rioja intensifican las actuaciones preventivas en el ámbito rural para localizar cebos envenenados que pueden llegar a provocar la muerte de aves y mamíferos catalogados con distintos grados de protección o en peligro de extinción.
Para esta labor cuentan con la importantísima colaboración de dos perros, 'Uro' y 'Senda'. Ambos están entrenados para ello. Son pastores belgas malinois.
La Guardia Civil detalla que se han inspeccionado un total de 121,5 hectáreas, distribuidas entre los parques naturales del Alto Najerilla y de Sierra Cebollera, en lo que no se han hallado venenos.
Los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil en La Rioja (Seprona), en colaboración con la Consejería de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural y Medio Ambiente del Gobierno regional, prevén realizar más rastreos en otros puntos de la región.
El Seprona y los agentes forestales, para llevar a cabo este cometido, han contado con el apoyo de 'Uro', un pastor belga malinois de línea de trabajo de cuatro años, perteneciente al Servicio Cinológico de la Guardia Civil con base en El Pardo (Madrid).
Este perro ha sido entrenado exclusivamente para localizar los diferentes tipos de sustancias tóxicas que se utilizan para aplicar a carnes y otros alimentos, lo que los convierte en cebos envenenados.
También ha participado 'Senda', un pastor belga malinois de tres años, entrenada por su guía, un agente forestal, para la ecodetección de fauna.

La Guardia Civil en La Rioja intensifica los controles en la búsqueda de cebos envenenados
La Guardia Civil recuerda que el uso de cebos envenenados para el control ilegal de especies, la caza furtiva o la eliminación de depredadores está recogida como delito en el Código Penal y se establecen penas que pueden llegar a dos años de prisión e inhabilitación especial para cazar por hasta tres años.
Estas penas pueden agravarse con una pena superior en grado si el daño producido es de notoria importancia o afecta a espacios naturales protegidos.