Colapso de la torre de la iglesia de Viguera: Causas y primeras hipótesis

El estruendo resonó en toda Viguera. Eran las 21:42 horas del domingo cuando la torre de la iglesia de la Asunción se desplomó en cuestión de segundos. La piedra rota, el polvo en el aire, el eco del silencio tras la caída. Un paisaje de escombros difícil de comprender para los 380 vecinos, que miran con incredulidad lo que queda de su símbolo más emblemático.

Los expertos aún no han dado una respuesta definitiva. Los técnicos deberán hablar cuando el desescombro se complete y los estudios estructurales determinen las causas exactas del derrumbe. Pero lo que ya se sabe es que el desplome comenzó en los cuerpos bajos de la torre, principalmente en el área de las campanas. Fueron estas estructuras las que cedieron primero, arrastrando el resto de la construcción.

Jesús Merino Morga, delegado de Patrimonio de la Diócesis de La Rioja, ha señalado que jamás se había emitido ninguna alerta sobre la fragilidad de los cuerpos inferiores de la torre. Sin embargo, ahora todo está en el suelo. Una historia de siglos, reducida a escombros. Afortunadamente, sin víctimas mortales.

desescombro y la reconstrucción

Este lunes comenzarán los trabajos de desescombro. Hasta que no se despeje la base de la torre, no se podrá analizar el estado de los cimientos y establecer las posibles causas del colapso. Uno de los puntos clave será determinar si los daños pueden incluirse en la garantía de las obras de restauración llevadas a cabo en 2017. La reconstrucción es el objetivo prioritario y se intentará conservar todos los elementos singulares, el reloj, las campanas, la veleta y las molduras de ladrillo, que están catalogados desde la última restauración.

El consejero de Cultura del Gobierno de La Rioja, José Luis Pérez Pastor, ha asegurado que la colaboración entre la Diócesis y el Ejecutivo regional será fundamental para la recuperación de este patrimonio histórico.

Daños

El derrumbe no solo ha golpeado el corazón de Viguera en términos patrimoniales, sino también a sus vecinos en su día a día. Una vivienda ha quedado gravemente dañada y cuatro vehículos han sido sepultados por los escombros. Como medida de precaución, se han desalojado once viviendas y se ha realojado a una veintena de personas. El alcalde de Viguera, Álvaro Manzanos, ha señalado que los vecinos podrán regresar a sus hogares a lo largo del día, una vez que los técnicos verifiquen la seguridad de las edificaciones.

El colegio de la localidad, cuyo patio se encuentra junto al pórtico de la iglesia, ha trasladado temporalmente sus clases a otro espacio para garantizar la seguridad de los alumnos.

Un pueblo en shock

Los vecinos de Viguera han despertado con un vacío irreparable. La torre de la iglesia de la Asunción, testigo silencioso de la vida en el municipio durante siglos, se ha desplomado, llevándose consigo parte de la identidad del pueblo. Aun incrédulos, recuerdan con nostalgia la restauración de 2017. “No podemos creerlo. Ha estado ahí toda la vida, marcando el tiempo con sus campanadas. Es como si una parte de nosotros se hubiera ido con ella”, confiesa Beatriz, una vecina visiblemente emocionada.

Elena, otra vecina, estaba en su casa cuando sintió un temblor. “No sabíamos qué había pasado hasta que salimos a la calle y vimos el desastre. La torre se inclinó y cayó en un instante”, relata.

A pesar de la conmoción, la tragedia podría haber sido aún mayor. “Si esto hubiera ocurrido unas horas antes o en otro mes del año, estaríamos hablando de una catástrofe”, comentan algunos vecinos. Afortunadamente, la temperatura de 6 grados hizo que la mayoría de los habitantes ya estuvieran en sus casas cuando se produjo el derrumbe.

respuesta equipos de emergencia

La rápida actuación de los Bomberos, Guardia Civil, personal de emergencias y técnicos ha sido fundamental para inspeccionar el lugar y garantizar la seguridad en la zona. Los perros de la Unidad Canina de Rescate de La Rioja rastrearon los escombros para descartar la presencia de víctimas. La confirmación de que no había heridos fue un alivio dentro de la tragedia.

El templo, cuya construcción comenzó en el siglo XVI y cuya torre combinaba piedra en su base con un chapitel octogonal de ladrillo del siglo XVII, se mantenía hasta ahora imponente, dominando el paisaje del municipio. Hoy, los vecinos de Viguera se enfrentan a una imagen desoladora, su iglesia sin su torre, su historia convertida en escombros, y la difícil tarea de reconstruir no solo un edificio, sino también una parte de su identidad.