MEDIOAMBIENTE
Las montañas son esenciales para nuestras vida
Julen Rekondo, experto medioambiental, habla del Día Internacional de las Montañas
Publicado el - Actualizado
4 min lectura
Ayer, 11 de diciembre, se celebró el Día Internacional de las Montañas, que fue instaurado por Naciones Unidas en diciembre de 2002, y que se viene celebrando desde al año siguiente, 2003. Las montañas, como veremos a continuación con Julen Rekondo, son esenciales para nuestras vidas, pero están amenazadas por el cambio climático, la degradación de los suelos, la sobreexplotación, los desastres naturales…
Julen Rekondo, experto en temas ambientales y Premio Nacional de Medio Ambiente
El 20 de diciembre de 2002 la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 57/245 decidió declarar el 11 de diciembre “Día Internacional de las Montañas”, a partir del 11 de diciembre de 2003. El Día Internacional de las Montañas se celebró ayer, pero lo recordamos hoy, en la sección de Medio Ambiente.
Este año, 2023, promovido por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el tema principal de los eventos organizados para el Día Internacional de las Montañas, es la "Restauración de los ecosistemas de montaña" con el objetivo de sensibilizar sobre la relevancia de estos ecosistemas y demandar soluciones a la amenaza que supone para estos lugares de España y del mundo el cambio climático, y entre ellos, como no, Navarra.
Casi 1.000 millones de personas viven en zonas montañosas, y más de la mitad de la población del planeta depende de las montañas para abastecerse de agua, alimentos y energía renovable. Sin embargo, las montañas están amenazadas por el cambio climático, la degradación de los suelos, la sobreexplotación y los desastres naturales, con consecuencias potencialmente devastadoras y de largo alcance, tanto para las comunidades de montaña como para el resto del mundo.
Las montañas son los primeros indicadores del cambio climático y, a medida que el globo terráqueo se calienta, los habitantes de las alturas se enfrentan a más dificultades para sobrevivir. El aumento de las temperaturas también significa que los glaciares de montaña se derriten a niveles sin precedentes, afectando los suministros de agua dulce de millones de personas. Las gentes de las montañas han acumulado, sin embargo, una gran cantidad de conocimientos y estrategias a lo largo de generaciones para adaptarse a la variabilidad climática.
Con motivo del Día Internacional de las Montañas, ayer se hizo público un informe de Naciones Unidas que viene a decir que “el deshielo de los glaciares del Himalaya, que podría alcanzar el 80% de su superficie en 2100 en un escenario de altas emisiones, pondría en peligro la vida de un cuarto de la población del planeta por el aumento de los desastres naturales, así como por la desaparición de los ríos de los que dependen”. En el informe también se señala que “todavía hay tiempo para salvar esta región crítica, pero solo si los recortes de emisiones rápidos y
profundos comienzan ahora. Cada incremento de un grado de calentamiento es importante para los glaciares aquí y para los cientos de millones de personas que dependen de ellos”.
Las montañas son importantes porque:
Junto a estos motivos, hay otro más que nos hace amar a las montañas y nos obliga a querer protegerlas y cuidarlas: los increíbles paisajes que nos regalan, y en Navarra, es fácil acordarnos del Pirineo y del pre-Pirineo. Ahí tenemos el valle de Belagua, uno de los rincones más apreciados del valle de Roncal, y no es para menos, Selva de Irati, Foz de Lumbier, Foz de Arbaiun, Bosque Quinto Real, Mirador de Larra-Belagua, y un sinfín de parajes más.
Infortunadamente, las montañas están en peligro debido al cambio climático, y a otros problemas. Los impactos derivados del cambio climático en el Pirineo navarro, son la pérdida de nieve, la falta de disponibilidad de agua o cambios en la biodiversidad. Y, puede haber inviernos de muy poca nieve en Roncal o Salazar, y con ello la repercusión que tiene en el turismo de invierno.
Pero, además de ello, está la despoblación. En el caso del Pirineo navarro, en la última década ha experimentado un descenso de sus habitantes del 13,3%, y amenaza también a otras cuatro comarcas navarras: Prepirineo, Montejurra, Zona Media y Sangüesa.
“Evitar la despoblación exige planes que hagan viable la vida en pueblos”. Ese es un titular que lo he recogido de unas jornadas de despoblación que fueron organizadas por el Parlamento foral, en colaboración con el Gobierno de Navarra y la Federación Navarra de Municipios y Concejos (FNMC) en febrero de 2020. ¿Estamos haciendo esos planes?