Esta es la razón por la que "los recuerdos son mucho menos fiables de lo que creemos"

Joaquín Sevilla, catedrático de ciencias en la UPNA, cuenta en Cope Navarra como la neurociencia nos permite entender mejor como se almacenan en nosotros los recuerdos

Los recuerdos se guardan en la memoria
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¿Son fiables los recuerdos?

Andrea Delgado

Pamplona - Publicado el

2 min lectura

La neurociencia está aportando mucho conocimiento sobre los recuerdos, la base neurológica de la experiencia psicológica que supone recordar algo nos aporta mucho. 

Lo primero nos aporta potencia. Recordar una historia es literalmente "revivirla". Las palabras se almacenan en las mismas zonas cerebrales que aquello que representan (las palabras andar o correr están físicamente grabadas en las mismas zonas del cerebro que hemos de activar para realizar las acciones de andar o correr). O sea que a nivel cerebral, leer una historia, recordarla, estimula las mismas zonas cerebrales que vivirla (más o menos, claro, no es igual)

Aunque hay que cuestionarnos la fiabilidad de los recuerdos. Los recuerdos son mucho menos fiables de lo que creemos, no son como una cámara que registra lo que ocurrió. Los hechos quedan almacenados en redes neuronales y recordar supone reactivar las señales eléctricas de esas neuronas. Cada vez que lo hacemos se refuerzan las conexiones (por eso repetir mucho algo hace que se nos quede más) pero también lo deforma, da más peso a unas conexiones que a otras y se va modificando. Incluso es posible "implantar" recuerdos de cosas que realmente no ocurrieron.

Y por último, cuando hablamos de recuerdos no podemos obviar la emocionalidad. En un recuerdo, los hechos y las emociones que produjeron están ligados (al menos al principio). La estimulación de la red neuronal donde está ese recuerdo incluye la conexiones con las áreas de la emocionalidad (la amígdala, etc.). 

Por suerte y por desgracia, esa conexión se va alterando (en general disminuyendo) cuando un recuerdo lo evocamos mucho, como si se desgastara. En el caso del olfato, los recuerdos y las emociones van directos, hay muy poco procesamiento de esa señal de los sentidos (a diferencia de la visión que tiene un procesamiento muy vasto) y lo que prevalece es la conexión con el centro de las emociones.

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