Amaia Cuesta Zigorraga, graduada en Enfermería y Psicología y Máster en Drogodependencia, en COPE Euskadi

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Las mujeres consumen el doble de psicofármacos que los hombres. Amaia Cuesta Zigorraga, graduada en Enfermería y Psicología y Máster en Drogodependencia, será el protagonista del Aula Abierta de octubre donde se hablará de la influencia del género en la adicción. El encuentro será este lunes a las 19:30 en la sede de AERGI hasta agotar el aforo. También podrá seguirse de forma online a través de la página web de la asociación.

El consumo de psicofármacos se ha multiplicado entre las profesionales sanitarias. Por sectores las limpiadoras han doblado el consumo mientras que las enfermeras lo han triplicado y las doctoras quintuplicado.

Las mujeres consumen el doble que los hombres

Desde el año 2014, la OME señala el hecho de ser mujer como factor de riesgo para desarrollar problemas de salud mental debido a las desigualdades sociales estructurales. Según Amaia, “la sociedad moldea de forma diferente el tipo de vida que debe cumplir el hombre y la mujer. Los roles asignados a la mujer tienen una relación más estrecha con el sufrimiento. El interminable rol de cuidadora en todo rincón familiar, las condiciones económicas y laborales diferentes, el cumplimiento de los cánones de belleza establecidos, la violencia de género, etc, marcan estas condiciones mentales.

Consumo disparado en el sector sanitario

La pandemia de la Covid-19 ha tenido un impacto diferenciado en el consumo de tranquilizantes, sedantes o somníferos entre las profesionales sanitarias. Se ha doblado el consumo de fármacos, tanto en el consumo total como en el nuevo consumo. Por sectores, las limpiadoras han doblado el consumo mientras que las enfermeras lo ha triplicado y las doctoras lo han multiplicado por 5.

Las mayores las más vulnerables

Por edades, las personas mayores tienen más riesgo de consumir psicofármacos, siendo las mujeres mayores de 80 años, las que peor salen paradas con un consumo que triplica al de los varones de mismo rango de edad. Se trata de personas muy vulnerables a este tipo de medicamentos. Cabe señalar que, en general, la utilización de psicofármacos es adecuada a corto plazo, y pocas veces está justificada su toma de forma más constante.

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