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Kamar Baldwin se convertirá en ciudadano georgiano y dejará de ser extracomunitario en la liga ACB
El jugador estadounidense de Baskonia, Kamar Baldwin, obtendrá la ciudadanía georgiana a finales de noviembre. Esta situación permitirá al club vitoriano, una vez que represente a Georgia en las próximas ventanas FIBA, no dejar fuera del acta a ningún jugador para adecuarse a las reglas de alineación en la liga ACB.
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La Federación Georgiana y Baskonia colaboran desde hace tiempo en varias líneas. Una de ellas es la posibilidad de iniciar el proceso de naturalización alguno de los jugadores extracomunitarios que pretendan este estatus, siempre y cuando autoridades, presidente y selecccionador estén de acuerdo con la proposición y se cumplan los requisitos. Kamar Baldwin ha pasado todos esos filtros y ha sido convocado para los partidos en los que el combinado georgiano se enfrentará a la selección de Finlandia. El primer partido se celebrará el día 21 de noviembre en tierras finesas, y el segundo, el 24 del mismo mes en Tiflis. Aún no se ha confirmado si Baldwin participará en ambos encuentros o solo en uno de ellos.
Siguiendo los pasos de Matt Janning
El caso de Baldwin recuerda al de su predecesor Matt Janning, también exjugador de Baskonia, quien en 2018 obtuvo el pasaporte georgiano y participó con la selección nacional de Georgia en competiciones FIBA. La práctica de naturalizar jugadores ha sido una herramienta clave en el estrategia de la selección georgiana de baloncesto para fortalecer al equipo. Desde la etapa inicial con Shammond Williams hasta la reciente inclusión de Baldwin, Georgia continúa apostando por esta estrategia en su búsqueda por mantenerse competitiva en el baloncesto europeo e internacional.
una practica de dos decadas
La selección nacional de baloncesto de Georgia ha sido conocida durante años por su estrategia de incluir jugadores extranjeros naturalizados en su plantilla, una práctica que busca reforzar la competitividad del equipo en torneos internacionales. A lo largo de los años, varios jugadores, principalmente estadounidenses, han obtenido la ciudadanía georgiana, permitiéndoles representar al país y aportar su experiencia en el baloncesto europeo e internacional.
Shammond Williams fue el primer jugador en obtener la ciudadanía georgiana y establecer la tradición de los jugadores naturalizados. Williams también tuvo conexiones personales con Georgia a través de compañeros como Pachulia y Tskitishvili, lo que facilitó su transición al equipo nacional.
En 2006, el entrenador Gordon Herbert presentó a Tyrone Ellis como un refuerzo clave. Ellis destacó no solo por su habilidad en la cancha, sino también por su lealtad y compromiso con el equipo, al punto de declarar: “No juego por el pasaporte; juego porque amo el baloncesto y porque soy parte de esta gran familia”. Ellis permaneció con el equipo durante tres años.
En 2010, Taurean Green tomó el relevo de Ellis, mientras que Quinton Hosley fue otro estadounidense naturalizado. Sin embargo, el entrenador Igor Kokoshkov optó por Green para los partidos oficiales, y Hosley se despidió después de jugar algunos amistosos.
Jacob Pullen fue seleccionado en 2012 y, aunque algunos se mostraron escépticos, demostró ser un valioso anotador, promediando 16.4 puntos por partido. Más tarde, en 2013, Ricky Hickman se unió al equipo reemplazando a Pullen, sin embargo, una lesión le impidió continuar con la selección.
Michael Dixon se nacionalizó en 2016 y rápidamente se ganó a la afición con actuaciones impresionantes, como su memorable partido contra Montenegro y su récord de 36 puntos frente a Serbia. Dixon fue fundamental en los clasificatorios para la Eurobasket y ayudó a llevar a Georgia al siguiente nivel.
En 2018, Thad McFadden se unió al equipo en una época de inestabilidad debido a problemas de calendario entre la Euroliga y FIBA. Aun así, logró consolidarse como un jugador clave, como lo demostró en el partido contra Israel, donde su asistencia en el último segundo resultó decisiva.
Matt Janning jugó dos partidos en 2018, pero su continuidad en el equipo se vio afectada por el conflicto entre FIBA y la Euroliga. Sin embargo, su incorporación fue importante gracias a sus buenas actuaciones en la victoria sobre Israel y en el emocionante duelo frente a Grecia.