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Iñaki, de Casa Ponsol en San Sebastián: "Es un logro de mis antepasados haber llegado hasta aquí"
La sombrerería fue fundada en 1838 y es regentada desde 1922 por la familia Leclercq. Iñaki representa a la séptima generación y afronta el futuro con "ilusión y ganas de innovar".
San Sebastián - Publicado el - Actualizado
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La sombrerería Casa Ponsol situada en la calle Narrika de la Parte Vieja donostiarra es posiblemente la más antigua del país. Desde luego lo es de San Sebastián y de Euskadi y conserva desde el siglo diecinueve, sus vidrieras originales belgas y sus mostradores parisinos de madera que nos transportan en el tiempo al siglo XIX cuando el local abrió en 1838.
Lo fundó el artesano de origen francés Bernardo Ponsol que vendía sombreros, boinas y tocados para señoras. Fue una época de gran prosperidad ya que incluso llegó a fabricar boinas que usaba el rey Alfonso XIII. Tras pasar de manos a Agapito Ponsol en 1922 se hizo con el negocio Jose Luis Leclercq, que había comenzado como aprendiz y desde entonces el negocio se ha quedado en la familia hasta llegar a Iñaki, su tataranieto, de 24 años, que representa la séptima generación.
En Cope Euskadi Iñaki Leclercq nos cuenta que "es un logro sobre todo de mis antepasados haber llegado hasta aquí". "Me siento muy orgulloso de heredar algo tan importante para la familia y con mucha ilusión de seguir y de innovar y de hacer cosas nuevas", ha añadido Iñaki quien confiesa que el negocio ha tenido sus "altibajos" pero que ahora se compran muchos gorras y sombreros, "entre gente mayor y también hay clientes jóvenes".
Por el establecimiento han pasado personajes ilustres como Woody Allen o Bruce Spreengsteen, que se hizo con una boina castrense, además de miles de compradores anónimos. Ya no fabrican los sombreros como antaño pero trabajan con casas especiales y venden boinas, sombreros borsalinos, viseras y gorros castrenses. La prenda estrella "depende de la época del año", nos dice Iñaki que explica que en verano es el sombrero Panamá mientras que en invierno son los fieltros de lana, castor y conejo. También se venden muchas boinas, sobre todo entre la clientela femenina.
Iñaki Leclercq lleva solo un año en el negocio, tras jubilarse su padre y mira al futuro con "optimismo". Un negocio que se mantiene fiel a la esencia de un negocio con casi 186 años de historia y que ahora mismo "va bien".