¿Deben doblar las campanas por la noche?: "Siento un vacío físico y emocional"

COPE Euskadi habla con Laureano, el campanero de Segura de 88 años apenado por el fin del tañir nocturno que también echa en falta la mayoría del pueblo guipuzcoano

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Laureano, campanero de la localidad guipuzcoana de Segura

Elisa López

Vitoria - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El reloj de la parroquia de Segura tiene 124 años. Laureano 88. Ha sido el encargado de darle cuerda para que las campanas doblen puntuales durante 42 años. Hasta 2019 cuando por su edad y sin relevo generacional esa función se ha automatizado. Se trata de una labor que ha hecho "por amor al arte y contra viento y marea".

Laureano es una institución en esta localidad guipuzcoana de 1.400 habitantes. Y ahora confiesa en COPE Euskadi que siente un "vacío físico y emocional". En su memoria y en su cuerpo tiene "las 5.000 veces" que ha subido la escalera de caracol para llegar al campanario.

Dejar de escuchar las campanas por la noche le ha afectado mucho. Asume apenado la decisión del Ayuntamiento de Segura de eliminar los toques de las campanas de la Iglesia de Santa María de la Asunción de 11 de la noche a 7 de la mañana.

La medida, llevada a cabo tras las quejas interpuestas ante el Ararteko (Defensor del pueblo vasco) por algunos residentes y después de comprobar que el sonido superaba el límite legal, es también rechazada por la mayoría del pueblo. "El 95% está a favor de las campanas", recalca Laureano.

¿Compañía o desvelo?

Ese fuerte vínculo de los vecinos con las campanas existe en muchos pueblos que aún mantienen su tañir nocturno. Es el caso de varias localidades de Montaña Alavesa, cuyas parroquias lleva Carlos. Explica en nuestros micrófonos que en algunos sitios "se han cortado los cuartos para disminuir las molestias", pero no se ha recibido ninguna queja, "al revés, la gente agredece que por la noche les acompañe en sus desvelos". "Cuando uno viene a vivir a un pueblo ya sabe lo que hay", añade.

Pero también son muchas las iglesias que como la de Segura desde que comenzase el año han dejado de doblar las campanas por la noche a favor del descanso de los vecinos. Ocurre en las de Lapuebla de Labarca y Baños de Ebro de la Rioja Alavesa, su cura es Txetxu y se muestra comprensivo con la necesidad de "respetar el horario de descanso".

Laureano defiende que las campanas son un "medio de comunicación", transmisoras de noticias para anunciar fallecimientos, bodas, fiestas o avisar de incendios. En Segura incluso el toque final indica si el difunto es hombre o mujer. Un lenguaje propio que cada vez enmudece por la noche en más municipios con mayor o menor controversia.

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