El estado de Estados Unidos que se considera "un segundo País Vasco" y se habla euskera: cerca de 100.000 personas
Esta zona de USA alberga, con diferencia, la mayor cantidad de vascos del país estadounidense

El festival vasco de Winnemucca
Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Puede que sorprenda, pero en pleno oeste americano, en medio del árido paisaje de Nevada, se escucha una de las lenguas más antiguas de Europa: el euskera. En lugares como Winnemucca o Elko, pequeños pueblos del estado, la cultura vasca no solo sobrevive, sino que se celebra con orgullo. Con una comunidad que podría rozar las 100.000 personas en todo el país, muchos consideran esta región del oeste de EE. UU. como "un segundo País Vasco".
El euskera, un idioma sin relación con ninguna otra lengua conocida, ha cruzado fronteras y océanos. En Estados Unidos, ha echado raíces desde hace más de un siglo, especialmente en Nevada, donde descendientes de inmigrantes vascos continúan hablando la lengua, jugando a las cartas en euskera y enseñando a las nuevas generaciones el aurresku y la jota.
UNO DE LOS PUEBLOS MÁS VASCOS DE ESTADOS UNIDOS
Este fenómeno tiene su epicentro en Winnemucca, una localidad de apenas 8.000 habitantes que ha mantenido viva la esencia vasca gracias a generaciones de esfuerzo y pasión por sus raíces.

En Winnemucca se mezcla la tradición vasca con la estadounidense
Para entender cómo acabaron los vascos en Nevada, hay que remontarse al siglo XIX. Tras las guerras carlistas en España, muchos vascos se vieron forzados a abandonar su tierra. Algunos llegaron a Estados Unidos atraídos por la fiebre del oro en California, pero fue el pastoreo de ovejas lo que les permitió establecerse.
Nevada ofrecía lo que necesitaban: tierras disponibles, paz y oportunidades. La Ley de Homestead permitía que cualquier persona que trabajara una parcela durante varios años pudiera reclamarla como propia. Así, comenzaron a levantar no solo casas, sino comunidades enteras.
Muchos vascos llegaron a Nevada en el siglo XIX, tras un larguísimo viaje, a buscar oportunidades
Winnemucca, en concreto, se convirtió en un punto estratégico al encontrarse en la ruta del ferrocarril Central Pacific. Aquí, los inmigrantes vascos encontraron un hogar, y con el tiempo, fundaron hoteles, restaurantes, clubes sociales y, sobre todo, una comunidad orgullosa de su identidad.

Se celebran numerosos festivales vascos en Winnemucca
LOS CLUBES VASCOS EN NEVADA
Hoy, la cultura vasca sigue muy presente. El Club Vasco Euskaldunak Danak Bat de Winnemucca organiza cada mes de junio un festival que atrae a visitantes de toda la región. Allí se puede disfrutar de bailes tradicionales, competiciones de fuerza típicas del País Vasco, partidas del juego de cartas mus —jugado en euskera— y platos clásicos como solomo, mollejas o cordero asado.
Otro evento importante es el Festival Nacional Vasco de Elko, que se celebra en torno al 4 de julio. Durante tres días, Elko se convierte en una pequeña Euskadi americana, con música, danzas, comida, juegos tradicionales y un ambiente que recuerda a las fiestas de los pueblos del norte de España.
Uno de los lugares emblemáticos de la cultura vascoamericana es el Hotel Martin, en Winnemucca. Fundado a principios del siglo XX, este hotel fue un punto de encuentro clave para los pastores vascos, y hoy sigue siendo un símbolo de esa herencia. Además de ofrecer platos típicos vascos, el hotel organiza actividades culturales y reuniones del Club Vasco local.

El Hotel Martin, en Winnemucca, es uno de los lugares más populares de la zona
En sus salones, donde antaño los pastores compartían historias y partidas de cartas, ahora se enseñan canciones en euskera y se celebran reuniones que mantienen viva una identidad única en el continente americano.
LA IMPORTANCIA DE MANTENER LA CULTURA
La primera generación de vascos en Estados Unidos hizo lo posible por integrarse, aprendiendo inglés y adaptándose al nuevo entorno. Sin embargo, las siguientes generaciones comprendieron la importancia de no perder su cultura. Por eso fundaron centros vascos, organizaron actividades culturales y comenzaron a enseñar a sus hijos el idioma y las costumbres del País Vasco.
Hoy, aunque muchos de estos descendientes no han visitado nunca Euskadi, sienten un vínculo profundo con sus raíces. Aprenden euskera, cocinan platos tradicionales, y algunos incluso viajan a España para descubrir de dónde vienen sus apellidos.
Decir que Nevada es “un segundo País Vasco” no es exagerado. Aunque esté a miles de kilómetros de la costa cantábrica, en el desierto del oeste americano florece una comunidad que habla euskera, que mantiene su folklore y que honra a sus antepasados con orgullo.