Carlos Díaz Arcocha vivió amenazado durante 10 años hasta que ETA lo asesinó en 1985
La familia del primer mando de la Ertzaintza asesinado por ETA siempre sospechó de la existencia de topos en el cuerpo
Santander - Publicado el - Actualizado
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Carlos Díaz Arcocha fue el primer mando de la Ertzaintza asesinado por la banda terrorista ETA. El 7 de marzo de 1985 una bomba lapa colocada en los bajos de su vehículo hizo explosión causándole la muerte prácticamente en el acto. Los miembros del comando colocaron el artefacto mientras él desayunaba en una cafetería de Vitoria antes de acudir a la academia de la Ertzaintza en Arkaute. Su asesinato está sin resolver.
Tenía 52 años, estaba casado y era padre de 5 hijos.
Carlos Díaz Arcocha llegó a la Policía Autónoma Vasca siendo Teniente Coronel del Ejercito. Ya en aquellos años, sufrió el acoso de la banda terrorista, estando amenazado por ETA desde 1975 cuando la familia se marchó a vivir a San Sebastián. A pesar de todo, Díaz Arcocha nunca traslado miedo, tensión o nerviosismo a la familia.
Aquel 7 de marzo,Teresa al llegar a casa y ver a uno de sus hermanos muy abatido se imaginó inmediatamente que habían asesinado a su padre. Enseguida, recibió la llamada de un periodista confirmándole la noticia. “Luego me enteré de que aquel periodista era José Mari Calleja” recuerda Teresa Díaz Bada, una de las hijas.
“Desde que lo asesinaron hasta hoy, no hemos sabido nada de forma oficial. Los únicos que se han puesto en contacto con nosotros ha sido la Guardia Civil que sigue investigando su asesinato” cuenta con pena y dolor Teresa.
La familia del súper intendente de la Ertzaintza siempre sospechó de que la información para asesinarle salió de dentro del cuerpo. De hecho, hubo dos policías juzgados como colaboradores, aunque absueltos en el caso del asesinato de Díaz Arcocha. “ Uno de ellos dijo en una ocasión refiriéndose a mi padre: era un blanco fácil en un día de niebla “ recuerda Teresa.
El asesinato de Carlos Díaz Arcocha es otro de los más de 350 cometidos por la banda aún sin resolver.
Los años posteriores los recuerda Teresa con mucha tristeza, con mucho dolor. Eran años en los que prácticamente ETA asesinaba a una persona todos los días.”Tuvimos la suerte de que la familia de mi padre era una familia fuerte y optimista que nos infundía mucho optimismo y creo que por esto salimos adelante”.
Las víctimas de ETA, asegura Teresa en esta entrevista, seguimos siendo muy molestas en el País Vasco donde ha habido una gran connivencia con el terrorismo y todavía hoy se prefiere mirar para otro lado.