"Otegi fue un cómplice más de los asesinos de mi hijo"

En las Navidades de 2002 la banda terrorista ETA tenía planeado sembrar el caos en Madrid con la colocación de varios coches bomba en diferentes centros comerciales. El objetivo: golpear y presionar al Estado colocando encima de la mesa cuantos más muertos mejor para sus intereses.

En la tarde del 17 de diciembre de aquel año, los guardias civiles Antonio Molina Martín y Juan Aguilar Osuna hacían su trabajo en la carretera Madrid-La Coruña cuando a la altura del municipio de Collado Villalba vieron un Ford Escort que les llamó la atención. Antonio Molina se acercó al vehículo para identificar a sus ocupantes cuando uno de ellos, sin mediar palabra, disparó tres tiros al agente causándole la muerte en el acto. En el tiroteo posterior con los terroristas, Juan Aguilar resultó herido.

El Ford Escort estaba cargado con 180 kilos de explosivos que ETA pensaba utilizar en la preparación de los coches bomba con los que pensaba atentar en 9 centros comerciales. Antonio Molina tenía 27 años.

“Espiritualmente como madre la único que me reconforta y me llena de luz es saber que la acción de Antonio pudo salvar miles de vidas” dice la madre del agente muerto M.ª Dolores Martín.

Antonio siempre había querido ser guardia civil. De pequeño en muchas ocasiones acompañaba a su padre para ver como trabajaba en el puerto y detectaba cargamentos de droga oculta en los camiones.

La familia de Antonio, cuyo padre también fue guardia civil, estuvo en varios destinos en el País Vasco, pero a pesar de la persecución hacia la benemérito “él nunca mostró miedo, ser guardia civil era su ilusión” cuenta su madre que sí pasaba miedo y sufrió en varias ocasiones el rechazo de la sociedad.

El día del atentado contaron a M.ª Dolores que su hijo había sufrido un accidente de coche “no quieres creer que es un atentado. Yo pensaba que él era fuerte y que del accidente había salido bien” Cuando los mandos de la Comandancia de Melilla, donde residía la madre de Antonio, le confirmaron que habían matado a su hijo lo único que pudo hacer María Dolores fue gritar.

M.ª Dolores lamenta que los terroristas hayan llegado ahora a las instituciones y afirma que el propio Otegi estuvo en Collado Villalba unos días antes del atentado que terminó con la vida de su hijo.

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En memooria de Antonio Molina

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