"No parece razonable que se olvide tanto dolor y quienes fueron sus responsables"
Tomás Caballero Martínez recuerda el asesinato de su padre. "No sé ni cómo llegué al hospital"
Santander - Publicado el - Actualizado
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En un pleno celebrado en el Ayuntamiento de Pamplona en enero de 1998, tras el asesinato del concejal popular Ignacio Iruretagoyena en Zarauz, Tomas Caballero Pastor pidió a los concejales de Herri Batasuna que exigiera a ETA que dejara de matar. Cuatro meses después, el 6 de mayo, ETA lo asesinaba disparándole dos tiros en la nuca.
“Esta claro que le pusieron una diana encima. Fueron a por quien les pareció que iba a causar más daño” cuenta su hijo Tomas, presidente de la Fundación que lleva el nombre de su padre y de la Fundación Víctimas del Terrorismo.
La familia del concejal asesinado no tuvo constancia nunca de que recibiera amenazas expresamente pero en casa “ eramos conscientes de la exposición de mi padre” recuerda su hijo.
Aquel 6 de mayo de 1998, Tomas recibió una llamada de su hermano Javier en la que le contó que habías disparado a su padre. Todavía no sabe muy bien como, montó en su coche y se dirigió al Hospital. “No sé ni cómo llegué al hospital, no sé ni cuántos semáforos me pude saltar. Para cuando llegué ya había fallecido”.
A partir de ese momento, cuenta el hijo de Tomás Caballero, te vuelves muy sensible. Te acompañan los amigos pero también notas las ausencias.
El asesinato del concejal provocó una de las mayores reacciones sociales en la capital de Navarra. Fueron miles las personas que se acercaron a la capilla ardiente “ reconfortaba ver las colas desde la ventana” recuerda Tomás y decenas de miles las que participaron en la manifestación posterior convocada para condenar su asesinato.
Ahora, la familia ve con dolor como quienes no fueron ni capaces de condenar el asesinato de su padre, copan las instituciones. “ No parece razonable que se olvide tanto dolor causado y quienes fueron sus responsables” sentencia el actual Presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo.