¿Año Nuevo, vida Nueva?: Cómo gestionar las expectativas y mantener la calma

Empezar un año nuevo no significa que todo tenga que ser nuevo en el primer día o el primer mes. Se marcan objetivos y propósitos que hay que asumir con cierta prudencia y normalidad o el estrés llegará sin ser invitado.

El psicólogo y educador Javier De Haro tiene claro que nadie debe ponerse piedras en sus propias ruedas y hay que gestionar con cierta maestría los deberes que ellos se han ido poniendo para cumplir en el recién estrenado 2025.

De nada sirven las buenas intenciones si el agobio llega en paralelo a las metas. "Totalmente, de hecho, muchas personas apenas llegadas la segunda, tercera semana de enero. Ya empiezan a flojear y desistir de los propósitos, porque al final o son poco realistas o realmente hemos sido demasiado exigentes para cumplirlos".

Como experto ofrece un primer consejo. "Bueno, lo primero es lo que ya dijimos, que es súper importante. Un propósito no tiene que ser un sprint, no tiene que ser algo que queramos conseguir de forma inmediata. De hecho, muchas veces eso es lo que hace que nos estresemos, que nos frustremos. Un propósito tiene que ser un hábito. Y un hábito, pues si tú ves que es algo que te está estresando, pues mala cosa, mal vamos", indica De Haro.

variar las metas

"Por eso creo que es muy importante que si sentimos que no lo estamos alcanzando, que nos es difícil, que nos estresa, pues un propósito tiene que ser algo modificable y tiene que ser fácil.  a bajar un poco el pistón y, por ejemplo, en lugar de ir 5 días al gimnasio pues vamos a ir solo 3".

La organización es clave. "Vamos a ir con un poquito de antelación, nos vamos a despertar un poquito antes, vamos a salir de casa un poquito antes. ¿Para qué? Para evitar prisas, para evitar estrés, porque es normal que nos cueste un poquito todo más. Y, en segundo lugar, muy importante, vamos a ser un poco flexibles y permisivos con nosotros mismos".

Elegir es otra cuestión importante. "Es decir, queremos abarcarlo todo, queremos llegar a todo, pues a lo mejor tenemos que priorizar y no se puede llegar a tanto. Es una cuestión de ir cogiendo, diríamos, ese calentamiento, de ir cogiendo el ritmo, por así decirlo".

metas con fechas

 La paciencia es otro factor diferencial. "Nos quejamos de que a los niños les pasa esto, que lo quieren todo ya, pero a los adultos les pasa un poquito lo mismo, lo queremos todo de forma inmediata. Por eso siempre es recomendable que un objetivo, en lugar de ser muy, muy a corto plazo, que sea lo que tú has comentado, trimestralmente".

"Eso no quiere decir que tú a lo mejor quincenalmente no puedas monitorizar o ver cómo vas, porque siempre es bueno eso, el ponerte un feedback para ver si vas en el buen camino. Pero al final, cuando queremos tener objetivos muy a corto plazo, puede ser una fuente de estrés muy importante para nosotros".

Decir que no y delegar son dos conceptos a tener en cuenta. "Claro, por eso, además de saber decir que no, el saber delegar también es algo muy importante. Muchas veces cuando delegamos, por ejemplo, voy a dejar a mi hijo con los abuelos, pero los abuelos le tienen que dar de comer esto, esto, esto y esto. No, tú cuando delegas tienes que dejar un poco que esas personas sean las que decidan.  Pero eso es sano porque te va a permitir a ti disponerte un poquito más de tiempo para ti mismo, que al final es algo súper necesario".

No pensar enseguida que hemos fracasado ayuda a no rendirse. "Sí, exacto. Es decir, por eso es muy importante. Si yo veo que no estoy consiguiendo mi objetivo, a lo mejor el problema no es tanto que tenga yo un problema o que el objetivo es inalcanzable, sino que lo que tengo que hacer es bajar un pequeño escaloncito".

A recuperar las rutinas alimentarias, el deporte o el descanso puede ayudar el tiempo para uno mismo. "Sí, es fundamental. Al final, cuando vamos tan a mil por hora y no tenemos tiempo para desconectar,  el estrés diríamos que se vuelve realmente algo muy negativo cuando no desconectas, cuando te provoca ese agotamiento".

La analogía es con el deporte. "Tú no empiezas directamente jugando al partido, tú haces un calentamiento. Por eso yo siempre que marco unos propósitos o ayudo a poner propósitos a otras personas, siempre les digo que hay que empezar con algo que sea sencillo de conseguir,  que no sea demasiado exigente. Y cuando ya estemos alcanzando ese nivel que me es fácil hacerlo, ahí entonces ya puedo exigir un poquito más"