ROLAND GARROS

Alcaraz-Sinner, eliminatoria muy igualada

El murciano y el italiano se han enfrentado en ocho ocasiones con cuatro victorias para cada uno

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Ángel García Muñiz trae la última hora en la previa del Alcaraz-Sinner

Vicente Luis Cánovas

Murcia - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Los de finales de los 90 por un lado, los de principios de los 2000, por el otro. Los del tenis ofensivo contra los estrategas del fondo de la pista. Las semifinales de Roland Garros de 2024 serán un duelo entre estilos y generaciones que tendrán como resultado una final inédita.

El italiano Jannik Sinner, virtual número 1 del mundo, afrontará al murciano Carlos Alcaraz, tres, del ránking; el alemán Alexander Zverev, cuatro, se medirá contra el noruego Casper Ruud, siete.

Sinner y Alcaraz jugarán el duelo más vistoso, el que todos los espectadores esperaban ver desde que el sorteo cruzó sus trayectorias en semifinales, porque encarna la rivalidad que muchos proyectan, ya que acaparará la mayor atención del tenis de los próximos años.

Nacidos ambos en el nuevo siglo, ambos saben ya lo que es levantar un Grand Slam, han demostrado una enorme fortaleza tenística y mental y han nutrido de épica sus confrontaciones.

París se frota las manos para ver sobre su tierra batida el duelo que protagonizaron en cuartos de final del Abierto de Estados Unidos de 2022, cinco horas y cuarto de batalla, una bola de partido levantada por el español y un éxito que le propulsó a ganar el torneo.

Sin favorito claro

De allí salió Alcaraz como el número 1 del mundo más joven de todos los tiempos y aquella gesta la apuntaló es año pasado con un segundo grande, levantado en Wimbledon contra el serbio Novak Djokovic.

El español jugará su segunda semifinal consecutiva en París, un torneo en el que su progresión ha sido ascendente. Tercera ronda en su debut en 2021, cuartos al año siguiente y semifinales el pasado, cuando los calambres le atenazaron frente a Djokovic.

Este año llega con menos focos, una lesión truncó su gira sobre tierra batida y su destructor brazo derecho ha ido poniéndose a punto durante el torneo. Empezó timorato, pero a medida que superó rondas ha ido destellando la dinamita habitual, aunque su entrenador, Juan Carlos Ferrero, asegure que todavía está "al 95 %".

Todo lo contrario le pasa a Sinner. Hace un año en París era uno más, un prometedor tenista que tenía todavía muchas mejoras que hacer sobre tierra batida, pese a que esa superficie le había sacado del anonimato en 2020, cuando alcanzó los cuartos de final.

En segunda ronda disputó cinco sets contra el correoso alemán Daniel Altmaier que acabó por mandarle a su casa, sin que la noticia supusiera un terremoto en el torneo.

Este año todo es diferente, porque el italiano ha dado un salto cualitativo, traducido en su triunfo en el Abierto de Australia tras derrotar al ruso Daniil Medvedev en la final, secundado por el Masters 1.000 de Miami, lo que le acarrea más atención. Y, por si fuera poco, la retirada de Djokovic le convierte en el virtual número 1 del ránking.

Sinner ha asumido ese nuevo papel. Por vez primera ha superado los cuartos del año de su debut y ahora tiene ante sí el duelo que puede abrirle la segunda final de un grande.

El duelo viene cargado de altas dosis de incertidumbre. Están empatados a 4 victorias cada uno, los dos han ganado una vez en Grand Slam a su rival y ambos llegan tras superar una lesión truncó su preparación de Roland Garros.

Uno y otro han ido creciendo a medida que avanzaban en el torneo, ambos se han dejado un set camino de la semifinal y firmaron una sólida exhibición en su último duelo.

¿Quién es el favorito? Ninguno de los dos quiere ese papel y nadie es capaz de aventurarse con un pronóstico claro.

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