LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA
El impactante testimonio de la espía más joven del mundo: "Me apuntaron con una pistola"
Liana Romero es la hija de Larissa Swirsky, la espía que ayudó a derrocar a Hitler conocida como "La Mata Hari del Sur"
Sevilla - Publicado el
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Se llama Liana. Liana Romero. Se considera la espía más joven de la historia, y no es para menos.
Ella es la hija de Larissa Swirsky, conocida como La Mata Hari del Sur. Los recuerdos de su madre siguen siendo nítidos a pesar de que ya no está con ella: “Hablaba seis idiomas, tenía un enorme carisma y era muy bella”.
Larissa Swirsky nació en la Ucrania actual y era descendiente de los Romanov, la dinastía que gobernó Rusia hasta la Revolución de 1917. Cuentan que trabajó junto a Ian Fléming, y él quedó prendado de ella. Tanto que la inmortalizó en su primera novela, “Casino Royal”. E incluso se habría inspirado en ella para el personaje de Vesper Lynd, el gran amor de James Bond.
Su trabajo fue clave durante la contienda. Larissa fue una espía doble. Empezó trabajando para Alemania, pero cuando fue consciente de los actos de los nazis, se puso al servicio del gobierno británico en calidad de agente doble.
Larissa pasó gran parte de su vida en Andalucía. Durante la Guerra, recabó información de un enorme valor en la zona del estrecho de Gibraltar, destino de numerosos agentes secretos en esa época. Y su trabajo fue clave para impedir la invasión nazi de Gibraltar.
Una espía con solo once años
Lo que muchos no sabían es que Larissa Swirsky no trabajaba sola. Su hija de once años era su tapadera. Y ahora, décadas más tarde, recuerda todas sus memorias con Adolfo Arjona.
Liana Romero ha contado en “La Noche de Adolfo Arjona” cómo descubrió siendo solo una niña que su madre no era como el resto de las madres. “Yo veía que ocurrían muchas cosas a su alrededor. Lo tomé como una vivencia de fantasía más que de realidad”.
Y es que su madre nunca le contó nada. Era la mejor forma de protegerla. A Larissa, los nazis le ofrecieron a ella regresar a Rusia y devolverle sus pertenencias, su Patria y su vida. "Ella cayó en la trampa y aceptó. Pero más tarde, decidió pasarse al bando aliado. Y así fue como se convirtió en una espía doble". Con el peligro que ello suponía. Para ella y para Liana.
Liana sigue tirando de recuerdos. Y en su memoria aparece aquella habitación cerrada siempre bajo llave. “No teníamos un sótano, pero sí una habitación privada donde recibía a las más altas autoridades y a agentes británicos como Ian Fleming. Aquella habitación cerrada era infranqueable para todos”.
Arriesgando la vida
Y le viene a la cabeza cuando su madre la llevaba a Gibraltar a comprar chocolatinas para no levantar sospechas. Aún así, Liana recuerda momentos de una enorme tensión. “Un día me pusieron una pistola en la cabeza siendo una niña. No he pasado tanto miedo en mi vida”.
Su gran secreto solo lo compartía con su hija y su marido, un marine sevillano. El resto de la familia nunca lo supo. Cuando terminó la II Guerra Mundial se retiró. Había caído Hitler. Su misión había terminado.
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