Qué opina COPE de Felipe VI

Descubre alguna de las líneas editoriales más importantes de COPE durante este 2020 sobre el papel del monarca Felipe VI

Felipe VI visita este lunes el Ala 23 del Ejército del Aire en la base aérea de Talavera la Real (Badajoz)

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

7 min lectura

En un año marcado por la pandemia de la covid-19, las instituciones del Estado se han vuelto más importantes que nunca. Es lo que ha ocurrido con la corona. El papel de Felipe VI ha sido decisivo en este año 2020 en el que sus valores de lealtad y de cooperación con la sociedad han marcado su actividad oficial.

De esta forma, durante gran parte de este año el monarca Felipe VI ha viajado por todas las comunidades autónomas, en un gesto de unidad y confianza, para ver cuáles han sido las consecuencias que ha tenido el coronavirus en cada uno de los territorios. En su sexto año como Rey, Felipe VI ha vuelto a demostrar que ni los problemas del rey emérito, Juan Carlos I, ni los ataques por algunos ministros del Gobierno, como Pablo Iglesias o Alberto Garzón, van a herir la salud de la institución que aporta unidad a los españoles y vela por la democracia.

A continuación, COPE repasa algunas de las líneas editoriales más importantes que se han hecho eco de una de las instituciones que mayor seguridad ha ofrecido, y sigue ofreciendo a los españoles, dentro y fuera de nuestras fronteras.

La visita de los Reyes a Canarias es un gesto más de la Corona para acompañar de cerca los difíciles momentos que vive nuestro país, ahora para animar la esperanza de una rápida reconstrucción. Los Reyes van a viajar a las 17 Comunidades Autónomas para conocer de cerca su situación y para llevar un mensaje de unidad y de confianza, dos valores que la Monarquía constitucional puede encarnar y transmitir con especial eficacia. Felipe VI aprovechará estas visitas para encontrarse con los más destacados líderes de los diversos sectores económicos, sociales y culturales de nuestro país.

Este itinerario por toda la geografía española ha comenzado en las hermosas Islas Canarias, una comunidad que asienta su economía sobre uno de los pilares de nuestro desarrollo económico más amenazados por la crisis del COVID, el turismo. En el encuentro con representantes del sector turístico de las islas, el Rey ha incidido en la necesidad de iniciar un camino de recuperación con el ánimo levantado y la confianza en que España es una gran nación capaz de sobreponerse a las crisis con responsabilidad y con conciencia solidaria.

Mientras algunos se empeñan en deslegitimar a la monarquía como pieza clave de nuestro sistema constitucional, Felipe VI se erige, con su presencia en las tierras de España, en un referente de unidad, cohesión social, perspectiva histórica y sentido de Estado.

Con la visita a Asturias, tierra de los ancestros de la reina Leticia, los Reyes de España han concluido un periplo singular por la geografía humana y física de España. Un recorrido por todas las Comunidades Autónomas que comenzó en Canarias a finales del mes de junio y que ha tenido su punto y seguido en la reunión con el presidente del Gobierno y los presidentes autonómicos en San Millán de la Cogolla, cuna de nuestra lengua.

El rey Felipe VI ha dado, a lo largo de su reinado, muestras de una entrega y de un servicio ejemplar al pueblo español. Con su presencia elocuente en los momentos dramáticos que le han tocado vivir está demostrando un intachable ejercicio de las funciones que le encomienda la Constitución española. A lo largo de estos días ha mantenido encuentros con los sectores más zarandeados por la crisis sanitaria y económica, ha visitado centros de asistenciales y se ha reunido con los ciudadanos de la España abandonada. En cada lugar ha llevado un mensaje de confianza en los españoles y en el futuro de España.

En su última jornada, Felipe VI ha sintetizado su experiencia de estos días insistiendo en que los españoles nos necesitamos unos a otros, independientemente de las ideas, de las siglas y de los programas. Aunque a veces parezca que prima el desaliento y las fuerzas decaen entre tanto conflicto y la ausencia de referencias éticas, el Rey Felipe VI ha dejado claro que hay muchos motivos para el orgullo y la confianza en España y en los españoles.

El Ministro de Universidades, Manuel Castells, ha llamado al Rey imprudente y entrometido. Se convierte así en el tercer miembro del Gobierno de Sánchez que en pocos días arremete contra la Corona, después de las impresentables andanadas lanzadas por el Ministro de Consumo, Alberto Garzón, que le llegó a acusar de maniobrar contra el Gobierno, y del comentario de desaprobación que hizo por lo bajinis el Ministro de Justicia, tras producirse un grito de "viva el Rey".

Nunca había sucedido algo así desde el inicio de nuestra democracia.

Podemos vive de la siembra constante de la desestabilización institucional, y que ha confesado que su objetivo prioritario es alcanzar la República plurinacional. Quienes una y otra vez acuden al discurso de asaltar los cielos y de acabar con el que ellos consideran ilegítimo régimen del 78, son consecuentes hasta el final con sus ideas.

Por todo ello resulta tan surrealista como desconcertante la actitud de un PSOE entregado al "todo vale", con tal de mantenerse en el poder. El silencio de Pedro Sánchez ante esta sucesión de ataques al Rey desde su gabinete es muy elocuente.

Y cabe pensar que si no hay ningún tipo de consecuencia para los ministros que ensucian su cargo de esta manera, ni tan siquiera una palabra pública que les llame al orden es porque, desgraciadamente, quien calla, otorga.

Juan Carlos I ha resuelto trasladarse, "en estos momentos", fuera de España y quedar a disposición de la Justicia para todo aquello que sea oportuno. La decisión, meditada y responsable, es con toda seguridad su último servicio a la Corona y al pueblo español.

Don Juan Carlos I ha desempeñado durante casi cuarenta años la Jefatura del Estado. Él fue el motor del cambio que facilitó la instauración pacífica de la democracia y quien hizo posible que la Monarquía se enraizase en España como una institución popular, reformista y moderna. Este es el legado de quien consiguió que la Monarquía fuera vehículo de convivencia y reconciliación.

En una Monarquía parlamentaria como la española, la decisión que ayer comunicó la Casa del Rey se ha adoptado, como no podía ser de otro modo, junto al Gobierno. La lealtad y la cooperación deben seguir presidiendo, con mayor determinación si cabe, el normal funcionamiento de las instituciones del Estado porque la fortaleza del orden constitucional y la estabilidad política dependen, entre otras cosas, del correcto funcionamiento de las relaciones de interdependencia entre las distintas instituciones del Estado.

Han pasado seis años desde que Felipe VI asumiera la Jefatura del Estado como Rey de España. Si no fue fácil la abdicación, tampoco lo han sido todos estos años transcurridos. Felipe VI ha asumido la Corona en tiempos política y personalmente revueltos. Como Rey ha afrontado sucesivas repeticiones electorales, moción de censura incluida, un desafío independentista en Cataluña y una coalición de Gobierno en cuyo seno no son pocos los que están dispuestos a minar el papel de la Corona. También ha tenido que tomar decisiones graves que han afectado a la familia real. Renunciar a su herencia y retirar la asignación al Rey emérito, o revocar el Ducado de Palma, son decisiones amargas pero coherentes con el discurso que pronunció ante las Cortes hace hoy seis años.

La Monarquía de Felipe VI es constitucional, neutral e integradora. Es una Monarquía abierta y comprometida con la sociedad a la que sirve. Don Felipe se comprometió ante las Cortes a “velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente, como corresponde a su función institucional y a su responsabilidad social”, y lo ha cumplido.

Los últimos tres meses, con cámaras o sin ellas, el Rey ha estado cada día cerca de los españoles en una situación de extrema dureza. A partir del lunes 22, cuando los españoles puedan desplazarse por todo el territorio nacional, el Rey iniciará viajes a todas las Comunidades Autónomas. Es otra forma en que la Corona busca la cercanía con los ciudadanos para “ganarse continuamente su aprecio, su respeto y su confianza”.

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