Marlaska, irritado con Laya por acoger al líder del Frente Polisario
La ministra de Defensa se convierte en blanco de UP que siembra dudas sobre el respeto del Ejército al derecho internacional
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Fernando Grande-Marlaska optó este martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros por aferrarse a un genérico “análisis de las circunstancias aún por definir” que han concurrido en la crisis migratoria sin precedentes desatada en Ceuta para esconder su malestar con Arancha González Laya. Así lo trasladan a la Cadena COPE fuentes solventes.
El ministro del Interior culpa a la de Exteriores del “garrafal error” de haberse empeñado en el traslado desde Argelia para su hospitalización en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. Gesto al que semanas atrás Grande-Marlaska se opuso temeroso de las consecuencias con Marruecos que tilda al acogido en nuestro país como un terrorista y en ningún caso como un activista político. González Laya, sin embargo, logró salirse con la suya apelando a “razones humanitarias”. Las derivadas de tal proceder, una “supina ingenuidad” a ojos de titulares de otros departamentos, han sido una hostilidad sin precedentes del reino alauí.
Tal convicción se extendió con inusitada fuerza en el Ejecutivo, aunque la rechazase en Herrera en COPE el ministro de Migraciones, José Luis Escrivá: “No hay relación entre una cosa y otra. Marruecos nos dice que no tiene nada que ver”. El enfrentamiento interno también fue enmascarado en la comparecencia tras la reunión semanal del Gabinete por Fernando Grande-Marlaska que evitó hasta la saciedad pronunciarse sobre la acogida por España de Ghali. ¿Está el líder del Frente Polisario en el origen del desafío marroquí? La retahíla de balones fuera reflejó el atrincheramiento del titular del Interior.
A saber, “nos encontramos ante una crisis migratoria en la que concurren muchas circunstancias” derivadas del reto demográfico, asociadas además a cuestiones humanitarias y socioeconómicas por la pandemia; “estamos analizando las circunstancias y son complejas” o “las circunstancias son múltiples. Estamos definiéndolas y luego abordándolas”. Erre que erre. Grande-Marlaska se atornilló en las evasivas.... En su rostro, al igual que en el de la ministra portavoz, María Jesús Montero, sentada a su lado, quedó reflejada la tensión del momento. El Gobierno apareció desbordado, pillado literalmente a contrapié.
La marejada ha cogido además a Margarita Robles y no únicamente por los clásicos recelos de Grande-Marlaska ante el rápido despliegue del Ejército, sino por aparecer de nuevo como la obsesión del socio de coalición. Por si faltaba algún ingrediente, Unidas Podemos solicitó en una pregunta escrita a Defensa “detalles” del protocolo seguido en la movilización de la Legión y de los Regulares, las cautelas previstas para evitar la conculcación del derecho internacional, en lo relativo a los derechos de la infancia, pero también a la devolución de ilegales.
Los mensajes de Pedro Sánchez de firmeza para hacer de la vuelta a la normalidad en Ceuta su máxima prioridad o de defensa de la integridad del territorio nacional sólo dejan traslucir una clara preocupación en La Moncloa. Una espiral en el conflicto con Marruecos no puede aportar nada bueno. Y esa amenaza, carente además de antecedentes por su envergadura, está presente. Tanto como para aprobar el Consejo de Ministros un Comité de situación a iniciativa del Presidente y compuesto por la vicepresidenta primera y los titulares de Defensa, Exteriores, Interior, Política Territorial, de Derechos Sociales y Agenda 2030 (UP), de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, además de la directora del CNI. La célula se prolongará durante el periodo en el que dure esta crisis.