Los productores europeos de miel aún más debilitados por la fuerte subida de los costes

Tras la caída histórica registrada en 2021, la producción de miel de la Unión Europea aumentará en 2022, pero con fuertes diferencias entre el norte de Europa, con resultados bastante buenos, y el sur, que obtiene la mayor parte de la producción y que se ha visto muy afectado por la fuerte sequía.

Es lo que ha constatado el grupo de trabajo correspondiente del COPA-COGECA (organizaciones y cooperativas agrarias de la UE), que se ha reunido recientemente y que ha destacado, sobre todo, la explosión de los costes de producción, lo que más preocupa al sector.

Los costes de la alimentación de las abejas han subido entre un 50-70%

Los costes de envasado, principalmente el precio del cristal para los tarros, han subido entre un 15% y un 60%, dependiendo de los países, los precios de los carburantes se han encarecido entre un 30% y un 40%, los de la electricidad entre un 50% y un 150% y los de alimentación de las abejas entre un 50% y un 70%.

El COPA-COGECA subraya que estas subidas “no se trasladan correctamente a lo largo de la cadena de suministro”.

A todo ello hay que añadir la competencia creciente de las importaciones. Las procedentes de China (tradicionalmente el primer exportador a la UE) se han mantenido estables en los seis últimos años (en unas 48.000 toneladas), con un precio medio que ha bajado en un 21% (de 1,72 euros/kilo en 2016 a 1,36 euros en 2021).

Ucrania, segundo exportador al mercado comunitario

En lo que respecta a Ucrania (segundo exportador al mercado comunitario), las importaciones aumentaron en un 47% en ese período, pasando de 36.525 toneladas en 2016 a 53.777 toneladas en 2021, con ligera subida del precio (+7%; de 1,76 euros/kilo a 1,88 euros).

“El precio medio actual de la miel europea vendida a granel se sitúa entre 3 y 5 euros/kilo, dependiendo de las regiones, sin tener en cuenta la presión inflacionista real”, subraya el COPA-COGECA, que cuenta con la revisión de la directiva europea sobre la miel, que la Comisión Europea viene prometiendo desde hace tiempo, para introducir “reglas de trazabilidad favorables para los apicultores que permitan luchar contra el comercio de miel falsa a granel” y un dispositivo de etiquetado que indique los países de origen de la miel en las mezclas.