Padre Ángel: “Lo peor que puede haber es el no querer a la gente, no tener a alguien que te quiera”

Una nueva entrega de 'Diálogos' en la que Javier Urra y el Padre Ángel nos recuerdan el verdadero sentido de la vida

00:00

'Diálogos': PAdre Ángel y Javier Urra

Pilar Abad

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Dos nombres, dos personas con una palabra común: solidaridad. Dos hombres que vuelven a encontrarse, a dialogar, a escuchar y transmitir. Algo tan sencillo como reunirse para hablar de todo aquello que conocen con el lenguaje de la calle. Son: el Padre Ángel, presidente de ‘Mensajeros de la Paz’; y Javier Urra, psicólogo y primer defensor del Menor en la Comunidad de Madrid. Unidos en una nueva entrega de #Diálogos de COPE.

Tanto el Padre Ángel como Urra muestran su preocupación por los niños, por la infancia, que últimamente sobre todo por la inmigración son los que más están sufriendo. Y es que la inmigración es una de las preocupaciones del Padre Ángel al que cataloga como “el mayor problema que tiene el mundo entero, ya lo dijo el papa Francisco”. Pero sin lugar a dudas otro de los problemas que señala es la pobreza, esa por la que tanto lucha, la que intenta combatir con la ayuda de mucha gente y la que mantiene las puertas de la iglesia de San Antón de Madrid siempre abiertas.

“Que en pleno siglo XXI en las capitales de todos los países siga habiendo personas que no tienen donde dormir, que tienen que andar pidiendo, es tremendo”, denuncia el Padre Ángel para quien al final todo radica en “que hay personas que están muy tristes, que es lo peor que te puede pasar”.

Y todo fluye en una conversación con ese hilo conductor en el que hay que aprender desde la infancia, hay que enseñar a los niños desde pequeños. Y claro, porque además de los refugiados también tenemos el problema en casa, en los centros de menores que tan bien conoce Javier Urra, en los que por desgracia uno se encuentra de todo: jóvenes dispuestos a malvivir, que no socializan y al final el problema como comenta Urra es “como si la sociedad no supiéramos dar una respuesta para proteger a los que más queremos”. Porque de eso se trata, de querer y ser queridos.

Urra y el Padre Ángel defienden la necesidad de “dar voz a los niños y jóvenes” pero también de “darles responsabilidades”, sin esa protección que hoy día se les da, y “tratarles con dignidad”. Nuestros dos invitados saben muy bien de qué hablan porque están rodeados de jóvenes, de sus problemas y de sus necesidades; y también de lo que la sociedad tiene que hacer por ellos. Y lógicamente es en la familia donde cae el mayor peso para llevar a cabo esta función. “La familia” que como recuerda el Padre Ángel hubo un tiempo “que estuvo en crisis” pero “nunca ha estado más valorada que ahora”.

Cuenta el Padre Ángel que una de sus ilusiones es “que la gente se quiera, que nos saludemos por la calle, dejar al lado esa apatía porque a veces lo peor que puede haber es el no querer a la gente, el no tener alguien que te quiera”; y en eso precisamente trabajan muchas Asociaciones, en no dejar solos ni sin cariño a quienes lo necesitan, y entre ellos hay muchas familias.

Con la familia se construye, se crece, es la base, pero también juega su papel y es importante “aprender a querer desde la infancia, a creer en la familia” porque como dice Urra –y más en estas fechas- “la gente busca a la familia, la necesidad de reunirse, de transmitir, de querernos”, porque como ya ha comentado en alguna ocasión el papa Francisco “la peor enfermedad que nos puede causar la muerte es la soledad” y en este momento nos recuerda el Padre Ángel que “la soledad es patrimonio de todos, es una compañera”.

Y de nuevo volvemos a las Asociaciones, a la labor de todas aquellas personas que ayudan, como el ‘Teléfono de la esperanza’ del que nos habla Urra, “el que escucha a la gente que llama”.

Aparece uno de los verbos que más oímos en este ‘Diálogos’: la necesidad de saber escuchar, porque aquí también radican algunos de los problemas, porque la gente necesita que le escuchen. Y sin embargo tan difícil en estos tiempos en los que “la gente habla pero la persona que está al frente, está jugando con el móvil o está distraída”, lamenta Urra.

Temas relacionados