La Diócesis de Alcalá de Henares celebra el Año jubilar mariano concedido por el Papa Francisco por los 450 años de la Entronización de Nuestra Señora de la Victoria de Lepanto. Una batalla que marcó un antes y un después en la historia de Europa y por eso el sacerdote Fermín Peiró, vicario episcopal y encargado de esta celebración, analiza esta fiesta en El Espejo de la Cadena COPE.

Peiró afirma que esta devoción "es un auténtico tesoro para nuestra diócesis y también, a través de este año jubilar, para todos los que quieran acercarse al santuario y a la catedral de Alcalá de Henares. Este año hay tres objetivos fundamentales mirando a la Virgen : lo primero es recordar este acontecimiento decisivo para la historia de occidente, poner en realce el patrimonio espiritual que ha marcado a la diócesis de Alcalá y junto con esto este jubileo es una ocasión para todos para reocnocer el valor de la Virgen María y promover el rezo del Rosario. ¿Qué sería del pueblo cristiano sin la Virgen?"

"Es fácil establecer el paralelismo entre el combate de ahora y el de antaño", explica el sacerdote. "El enemigo no es el mismo pero vivimos en un momento de olvido de Dios donde nuestro enemigo no es fácilmente reconocible. Comprobamos un combate exterior en esa descristianización de la sociedad. Si antaño representaba una amenaza hoy también este proceso lo es. Como antaño también la presencia de María quiere auxiliar a los cristianos para sentir su protección".

"Lo más importante, a pesar de estas circunstancias difíciles, es lo primero en este momento de incertidumbre ser agradecido. Tenemos tantos motivos para dar gracias, para sentirnos bendecidos y también por la presenfcia de tantos dones en este momento. Este acontecimiento nos hace mirar el futuro con acierto porque reconocemos la presencia certera de la Virgen, la comunión de los santos y de toda la Iglesia. La actitud fundamental es de acción de gracias y por supuesto la súplica y la petición de ayuda".