Así es el contenido de la encíclica 'Fratelli Tutti'
El presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, el Cardenal Miguel Ángel Ayuso, analizaen El Espejo las claves de este texto
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El pasado sábado 3 de octubre el Papa Francisco ha firmado en Asís la encíclica 'Frateli Tutti', sobre la fraternidad y la amistad social. Por ello el presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, el Cardenal Miguel Ángel Ayuso, analizaen El Espejo las claves de este texto.
El cardenal ha querido destacar como un símbolo importante la presencia de un musulmán en la mesa ya que "es un gesto de esta fraternidad que el Papa desea para toda la humanidad".
Una encíclica que quiere apostar por la caridad, ya que es el corazón de toda vida social sana y abierta: "El Papa dedica el capítulo 5 a la mejor política. Y todo se hace bajo el prisma de este 'extraño' en el camino. Es lo que ha sido considerado como el buen samaritano. Hay que entrar y hacer penetrar en la vida politica los valores verdaderos ante una crisis que nos muestra las sombras de un mundo cerrado".
"La humanidad está vagando como si no hubiera un proyecto para todos", explica el cardenal Miguel Ángel Ayuso. "Una globalización y un progreso que va sin rumbo común, la falta de dignidad humana en las fronteras, medios de comunicación agresivos, información sin sabiduría, falta de esperanza... En este contexto la humanidad tiene necesidad de esta caridad social y política. El papa Francisco no hace más que reavivar y refrescar lo que son los contenidos de la Doctrina Social de la Iglesia".
La encíclica llega en plena crisis producida por una pandemia mundial, donde han salido a la luz muchos otros problemas sociales: "Como sabemos y como vemos, hay necesidad ya que las desigualdades aumentan. La guerra destruye y la fraternidad une. Tiene que prevalecer el bien común sobre los estados y que se pueda superar la fragmentación social. Pensando en una nueva generación, tenemos que trabajar juntos para promover esta concordia, tenemos que curar este mundo herido, somos una familia y estamos desorientados. Lo que realmente nos une es la fraternidad. Tenemos que soñar por un mundo mejor y dar esperanza".
"No tiene que ser una utopía. Hoy la paz lo parece, porque hay bastante desilusión por todo lo que está ocurriendo, pero nosotros como creyentes sabemos que Jesucristo está presente en cada hermano abandonado. Necesitamos de buenos samaritanos, de cuidar los unos de los otros, que nuestras sociedades vivan en la armonía y que nuestros responsables políticos puedan ayudarnos para que esto se realice".
El cardenal ha querido apuntar también el papel que desempeñan las religiones en esta tarea: "Las religiones tienen que estar al servicio de la fraternidad. Hay que insistir en preservar nuestra propia identidad que es un elemento esencial y al mismo tiempo abrirnos a un diálogo fraterno uno al lado del otro para mirar hacia el futuro y luchar contra la violencia y hacer un llamamiento a la libertad religiosa. Hay un papel fundamental a través del cuál no solamente nosotros, sino que es una encíclica para toda la humanidad".