Un banco de alimentos en el lugar que menos podías imaginar

Los bancos de alimentos son instituciones familiares en los países de nuestro entorno. Lo sorprendente es que surja uno en Pakistán, y que lo impulse gente que pertenece a una minoría frecuentemente hostigada, como los cristianos. En Shaiwal, una localidad del Punjab, un grupo de jóvenes católicos ofrece cenas a un centenar de indigentes todos los días, desde que estalló la crisis del Covid-19.

Con la colaboración de los sacerdotes de su parroquia, estos jóvenes han creado un banco de alimentos para llegar a los más pobres: laspersonas sin hogar, especialmente los que duermen en las calles, debajo de los árboles o en los bordes de las carreteras. El mes pasado atendieron a más de 150 familias en diferentes áreas. En la distribución de alimentos también colaboran sus amigos musulmanes e hindúes, creando buenas así relaciones interreligiosas y una atmósfera de confianza mutua.

Una iniciativa similar ha surgido en Karachi por parte del grupo juvenil “Way of Life”. Después de entregar 800 kg de alimentos a 20 familias cristianas, hindúes y musulmanas, ahora están ofreciendo vegetales frescos a 100 familias todos los días.

En este momento las personas están confinadas sin la posibilidad de ganarse un jornal para vivir, así que estos jóvenes hacen una recaudación diaria de dinero, gracias a muchas personas generosas. Luego van al mercado, compran vegetales frescos, los lavan y los colocan bolsas de 3 kg. Antes de comenzar la distribución, cada día invitan a un sacerdote a celebrar un momento de oración por esta obra de verdadera caridad, que no distingue a nadie por razón de su fe, etnia o cultura, como enseña el Evangelio. Y todo esto en un país donde cada día los cristianos son objeto de marginación sangrante, cuando no de persecución activa.