Católicos de Hong Kong homenajean a las víctimas de la matanza de Tiananmen pese a la oposición del Gobierno

En el exterior de las iglesias aparecieron carteles intimidatorios que muestran una creciente hostilidad hacia la Iglesia que las autoridades ya no esconden

Católicos de Hong Kong homenajean a las víctimas de la matanza de Tiananmen pese a la oposición del Gobierno

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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El pasado 4 de junio el Parque Victoria de Hong Kong apareció completamente vacío. Las autoridades habían prohibido la celebración del aniversario de la matanza de Tiananmen, producida en 1989. Han argumentado la situación de la pandemia, pero en esta ocasión amenazaban con la nueva Ley de Seguridad Nacional. Siete mil policías han rodeado el parque y han vigilado las calles adyacentes para evitar cualquier agrupamiento. Sin embargo, muchas personas han salido a las calles para rendir su homenaje a los héroes de la lucha por la libertad, encendiendo velas y reuniéndose brevemente en diversos lugares de la ciudad.

Este aniversario ha sido importante para la comunidad católica de Hong Kong. En siete iglesias de la diócesis se han celebrado Misas en recuerdo de los que dieron su vida por la libertad. El cardenal Joseph Zen, obispo emérito de la ciudad, la presidió en la iglesia de San Andrés, y recordó a los que murieron hace 32 años “por nuestra democracia y nuestra libertad”. "Su sacrificio fue por nosotros y nosotros abrazamos sus esperanzas para que no fracasen: una sociedad justa y pacífica, un régimen respetado por la gente y un país fuerte respetado por el mundo", subrayó el cardenal Zen, que se negó a aceptar cualquier forma de olvido.

Por su parte, el obispo auxiliar, Joseph Ha, presidió la misa conmemorativa en la iglesia de San Francisco, donde invitó a no perder la fe en un momento en que la verdad es pisoteada. Según el misionero del PIME, Giani Criveller, experto en China, para la comunidad católica se abre un periodo de resistencia civil y moral frente al inquietante destino al que Hong Kong se precipita. Y aunque la celebración de estas misas no viola ninguna norma, la vaguedad de la Ley de Seguridad Nacional deja espacio a las interpretaciones más arbitrarias. De hecho, en el exterior de estas iglesias aparecieron carteles intimidatorios que muestran una creciente hostilidad hacia la Iglesia que las autoridades ya no esconden. Todo ello mientras se espera la consagración del nuevo obispo de la diócesis, el jesuita Stephen Chow. En cualquier caso, para los católicos de Hong Kong ha empezado una historia totalmente distinta y, desde luego, más difícil.

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