Ester Palma, la misionera española que vive el coronavirus en Corea del Sur
Ester Palma es misionera en Corea del Sur y explica en El Espejo cómo ha vivido la crisis del coronavirus
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Ester lleva sin salir de casa desde el Miércoles de Ceniza. Vive en Corea del Sur, es misionera y ya queda muy lejos esa vida normal que tenían hace más de un mes. Afirma que "se empieza a notar la tranquilidad", pero parece que 'la vida normal' tendrá que esperar.
Ester Palma es española y miembro de los Servidores del Evangelio y de la Misericordia. Trabaja en Corea del Sur, especialmente evangelizando entre los más jóvenes. Ahora esa misión tan importante "está totalmente parada" y la Iglesia tiene que reinventarse, en un país con muchas menos posibilidades que los europeos, y que tienen que hacer frente a la misma tragedia del COVID 19.
"Se está entrando en fase de estabilidad. Aunque todavía no se han retomado las Eucaristías desde el Miércoles de Ceniza".Dicen que "las clases se retoman el 5 de abril, aunque no se descarta que se retrase" debido a algunos pequeños brotes de la enfermedad en el país.
Ester relata en El Espejo que "se está viviendo una verdadera cuaresma, un desierto bajo el sol, sin poder comer ni beber", dice refiriéndose a la Eucaristía. La televisión católica de Corea del Sur y diferentes iniciativas en Youtube "han estado muy activos" en este tiempo para intentar paliar esa "sed" de las personas con fe. Pero también existe el polo opuesto "la gente que piensa que sin fe no se está tan mal, gente que se está enfriando... Esto ya pasó con el otro coronavirus que tuvimos en 2015, que a la gente le costó mucho volver a la iglesia". Pero afirma convencida que "esto es un tifón que pasa y purifica los corazones".
En su día a día, confinados y tratando de llegar a la gente a través de Internet, tienen "una oración a las 21.30 de la noche, la hacemos también a través de Facebook Live y se está uniendo mucha gente. Es una manera de terminar el dia dando gracias e intentando transmitir mucha esperanza. Es una situación que nos pone frente al sufrimiento y es bueno alentar la confianza en Dios".
Por su lado, del vecino Corea del Norte se sabe poco: "Corea del Norte es un país muy cerrado y muy celoso de su información. Han estado un poco celosos de decir que habían tenido algunos casos, pero es un país que tiene mucho contacto con China. Es muy probable que el virus esté haciendo sus estragos. Nunca sabes de Corea del Norte los datos concretos, pero personalmente me temo lo peor. Hay que rezar mucho. Fuera de Pyongyang se deben estar viviendo situaciones muy dramáticas".