Jornada Mundial de la Vida Consagrada: "Son profetas de esperanza"

Cada 2 de febrero, coincidiendo con la fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, la Iglesia celebra la Jornada mundial de la Vida Consagrada. Este año se ha escogido como lema 'Vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido'. Un día que quiere volver a recordar el importante testimonio y servicio que prestan los consagrados a nuestra sociedad.

El secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y arzobispo franciscano español mons. José Rodríguez, que analiza esta jornada en El Espejo. Rodríguez Carballo afirma que "más allá de las crisis con sus aspectos negativos, la pandemia ha hecho que los consagrados muestren una vez más su rostro más evangélico. Ha ayudado a verse dentro de la misma barca y a reforzar su vida fraterna. Les ha hecho salir de sí mismos para ir al encuentro de tantos heridos. Muchos son los que han tocado y curado las llagas de los heridos por la pandemia. La sociedad está llamada a reconocer lo mucho que hacen los consagrados".

Asegura que en la sociedad y en el tiempo que nos ha tocado vivir "hay que ser profetas de esperanza. Los consagrados deben afirmar con fuerza que el Señor no abandona la barca. Los consagrados deben experimentar que el Señor sigue cuidando de su rebaño. Es una gran misión en este momento para los consagrados. Los consagrados podrán seguir denunciando las estructuras del pecado, hacer una llamada a la conversión y anunciar la Buena Noticia que es Jesús mismo".

"La vida consagrada tiene que participar de la misión de una iglesia en salida. No puede contentarse con sobrevivir. Si queremos salir fortalecidos de esta crisis estamos llamados a conjugar el termino juntos del que habla tanto la encíclica Fratelli Tutti. Construir juntos, salir juntos. La comunión ha de vivirse en círculos concéntricos. Nadie se salva solo, hay que trabajar en red".