En 'El Espejo'
Melchor Sánchez de Toca presenta el último libro del Papa Francisco
El subsecretario del Pontificio Consejo para la Cultura ha coordinado 'Mettersi in giocco', los textos del Papa sobre el deporte
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La fe tiene que ver con todo, también con el deporte, naturalmente, que es una escuela de vida en la que se ponen en juego tantas cosas. Los últimos papas han manifestado de diversas formas su interés por este ámbito, y ahora la Librería Editora Vaticana ha publicado un libro que recoge la mirada de Francisco sobre el deporte. Se titula 'Mettersi in giocco' y ha estado coordinado por el sacerdote español monseñor Melchor Sánchez de Toca, subsecretario del Pontificio Consejo para la Cultura.
Monseñor Sánchez de Toca ha empezado recordando que Athletica Vaticana, el equipo deportivo de la Santa Sede, "no sólo está compuesto por trabajadores del Vaticano: religiosos, sacerdotes y, sobre todo, laicos, sino que está constituido en el Vaticano. Es la primera asociación deportiva constituida en el Vaticano. En cierto sentido, se puede decir que es 'el equipo del Papa', al menos de atletismo".
El subsecretario del Pontificio Consejo para la Cultura ha explicado que es un libro sencillo de leer. "No es un tratado de teología del deporte. Entre otras cosas, porque la teología prácticamente no ha prestado atención al deporte, siendo un fenómeno tan importante en la vida de millones de personas en todo el planeta y a lo largo de toda la historia. Es cierto que los papas, en los últimos 100 años, comenzando quizá con san Pío X han prestado más atención al deporte. San Pío X, incluso, hizo una especie de olimpiadas en el Vaticano y los papas, sobre todo san Juan Pablo II, le han prestado mucha atención. Pero el Papa Francisco, que ha continuado esta tradición, lo que ha querido hacer es una especie de vademécum sobre algunos de los valores más importantes del deporte. Son pensamientos muy sencillos, como dice el Papa, y con grandes metáforas", explica monseñor Sánchez de Toca.
Metáforas como la que da título al libro: 'Mettersi in giocco' que, como explica el subsecretario del Pontificio Consejo para la Cultura, tiene una difícil traducción al castellano. "'Ponerse a sí mismo en juego', 'jugársela' habría que traducirlo. Está tomado de uno de estos encuentros con las asociaciones deportivas italianas en las que les decía 'hay que jugársela en la vida como en el deporte'. Pero hay otras muchas como 'no se contenten con un empate mediocre'. Eso vale para el fútbol y para la vida".
"El Papa, desde que era joven sacerdote, después ya como arzobispo de Buenos Aires, ha subrayado el potencial educativo que tiene el deporte, junto con el arte, para completar la formación y la educación de los jóvenes fuera de la escuela, lo que él llama 'educación informal'. El deporte es una escuela de valores, para el individuo, como crecimiento personal, y para la comunidad. Tiene una capacidad integradora tremenda y, por eso, está cada vez más presente en estos programas de desarrollo humano", señala monseñor Sánchez de Toca.
"Ahora, el deporte si es fiel a su esencia, puede ser un instrumento educativo. El deporte tiene su lado oscuro, como toda actividad humana. Yo recuerdo haber escuchado al Papa un discurso delante del secretario general de Naciones Unidas y del presidente del COI y del CPI hablando de la corrupción en el mundo del deporte, sobre todo, profesional, que lo definió como un cáncer. Son palabras muy fuertes. El deporte tiene su lado negro: el dopping, la violencia en los estadios, el racismo, los partidos amañados, la mercantilización de los atletas...", advierte el subsecretario del Pontificio Consejo para la Cultura.
A la Iglesia le viene bien tener una relación viva con el deporte, pero el deporte también necesita de la purificación y de la apertura que supone la experiencia de la fe. "La Iglesia necesita el deporte en sus momentos educativos. No solo en los colegios católicos, también en la catequesis. En Italia hay una tradición muy fuerte de deporte integrado con la catequesis, que se llama 'El Oratorio'. Pero yo creo que es necesario en todos los momentos de la vida de la Iglesia. También en los seminarios...", concluye Mons. Melchor Sánchez de Toca.