Miguel Cubeles analiza la devastadora situación en Beirut después de la explosión
La explosión del martes 4 de agosto ha sido "un ataque al corazón del país"
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Una tarde corriente de un 4 de agosto del atípico 2020, la zona portuaria de la capital del Líbano, Beirut, vería cambiado su destino.
Los niños estaban en la escuela, los trabajadores en las fábricas, la cosmopolita ciudad seguía la jornada típica del segundo día de la semana. Hasta una novia se retrataba un reportaje de fotos de boda. Minutos después, en un abrir y cerrar de ojos, todo puede cambiar.
Dos estremecedoras explosiones en una nave del puerto que almacenaba nitrato de amonio, un material altamente peligroso, han dejado más de un centenar de muertos, unos 5.000 heridos y ha 300.000 personas sin hogar. Beirut ha visto reducido a escombros barrios enteros.Una fuerte explosión marcaría un antes y un después en un país que vive sumergido en una profunda crisis, ahora acrecentada por la pandemia de la COVID-19.
El hermano Miguel Cubeles conoce muy bien la geografía libanesa, allí este religioso marista es uno de los responsables del Proyecto Fratelli, que desde 2016 llevan a cabo la Congregación de los Hermanos Maristas y la de los Hermanos de La Salle. Manos Unidas es uno de los pilares más importantes que sostiene a Fratelli Líbano.
El hermano Cubeles asegura que el país "está destrozado en todos los ámbitos". Los ánimos en el país están mal, pero aún hay esperanza. La esperanza de la juventud. La juventud del Líbano, para Miguel, es quien construitá un nuevo país. Quienes no han dudado en coger palas y escobas y ayudar a recoger los escombros que ha dejado esta catástrofe.
Las explosiones se han producido en un contexto de hartazgo. El religioso Cubeles conoce ese hartazgo de la corrupción y el maltrato que el pueblo recibe de los gobernantes. Esta situación provocaba en septiembre revoluciones en el país. Exigen un cambio de gobierno y sobretodo un cambio de actitudes, pues dice, "el pueblo no está contento".
La Iglesia, como siempre, está presente en las zonas donde más se necesita. Sin importar color ni edad. El Líbano es un país confesional. La Iglesia está a favor del pueblo. Miguel Cubeles contaba a los micrófonos de la Cadena COPE que el propio patriarca maronita se ha referido a las explosiones como "un crimen contra la humanidad".