El obispo de Huelva denuncia la situación de injusticia que viven muchos temporeros
Muchos asentamientos de los trabajadores temporeros de la Diócesis de Huelva se encuentran en condiciones "sangrantes"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El nuevo incendio registrado el pasado 19 de febrero en el asentamiento de Palos de la Frontera ha provocado que el obispo de Huelva, Santiago Gómez, califique como "sangrante" la situación que viven las personas que habitan en los asentamientos de trabajadores temporeros de la provincia, sometidas a condiciones infrahumanas. El obispo ha apuntado que esta realidad, presente en Huelva desde hace muchos años, tiene que ser abordada de manera integral, para dotar de condiciones de vida dignas a estas personas que trabajan en los campos onubenses.
Cáritas de Huelva ha denunciado que los incendios en los asentamientos chabolistas de inmigrantes en torno a los municipios freseros se han convertido en un hecho cotidiano, sin que las administraciones públicas adopten medidas de acogida y alojamiento ante una de las campañas agrícolas más importantes del territorio nacional. Reclama soluciones que vayan más allá de lo inmediato y que consigan a medio plazo la erradicación de estos asentamientos. Considera que defender la dignidad humana y la seguridad personal de las personas temporeras que vienen a convivir con nosotros es un reto humanitario que debe involucrar a todos: fuerzas políticas, agentes económicos y sociales, organizaciones humanitarias, comunidades cristianas y ciudadanía.
Cáritas Diocesana de Huelva y la parroquia del municipio afectado están trabajando desde la cercanía como en anteriores ocasiones, cuando ha sucedido un desastre como este incendio, pero advierten de que sus recursos apenas llegan para afrontar la ayuda humanitaria frente a este drama y no permiten desarrollar un plan integral para afrontar una situación que va más allá de la emergencia social para situarse en el plano de la vulneración de derechos humanos.
El obispo de Huelva, que apoya y sigue de cerca la labor de Cáritas sobre el terreno, ha dirigido un llamamiento urgente a todos los agentes sociales y políticos para que no se echen las culpas unos a otros, sino que pongan de su parte para encontrar soluciones humanas y definitivas a este drama.